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Salen más detalles escalofriantes sobre Marcelo Benítez, su familia y las operaciones delictivas en las que han estado involucrados

El pasado miércoles 3 de abril, la ciudadana venezolana Gianna Di Costanzo, hizo pública una grave denuncia, en contra del ciudadano venezolano residente en España, Marcelo Benítez Andrade, acusándolo de maltrato, y por más de diez años ha tenido que soportar tal situación, después de esta denuncia en redes sociales, nos ha llegado mucha más información de estos perturbados personajes a nuestra redacción, los informantes nos han pedido total discreción por ser allegaos y familiares de la familia Benítez Andrade, que esperan que se haga justicia, y otros que fueron estafados por Manuel Benítez.  

Salen a la luz pública nuevos detalles sobre la familia Benítez Andrade en Venezuela, Manuel Benítez, padre de Marcelo Benítez, fue propietario de varias ferreterías en las ciudades de Ánaco, Maturín y El Tigre Feymaca, Fervenca y Celma, esta última en Sociedad con la familia Melchor, a la que a estos, la familia Benítez acusan de que siempre los han robado pese a que nunca hacen acto de presencia en los negocios como tal.

Logo de Feyca
Publicidad de Feymaca en You Tube
Intalaciones de Feymeca en la ciudad de Ánaco, Anzoategui
Publicidad de Feyca y Celma a pesar de que acusan a la familia Melchor de robo

Los Benítez en Venezuela son dueños también de una empresa en Maturín llama Progasca operada en este momento por su hijo menor de nombre Mauricio Benítez.

Progasca, S.L. es una empresa de ámbito nacional que conserva una trayectoria con más de 25 años de experiencia en el sector como almacén dedicado a la comercialización y distribución, suministros de gas, calefacción, fontanería y derivados. Dirigida desde entonces a ofrecer productos de calidad y asesoramiento técnico individualizado a profesionales del sector.

Logo de la empresa Prograsca, maneajada por Mauricio Benítez
Sucursal principal de Progasca

Tienda Progasca Express

Posada «Brisas del Paují

La familia Benítez Andrade también posee en La Gran Sabana una posada llamada «Brisas del Paují», la cual es una fachada para la minería ilegal.

Publicidad en Facebook de la Posada Brisas del Paují.

 

 

Hasta Carlos García Portal, conocido como “Charly Sinewan” que es un viajero de largas distancias, aventurero, escritor y documentalista, que viaja por el mundo en motocicleta desde el año 2009, llegó a la «Posada Brisas del Paují», de los Benítez, pero tristemente “Charly Sinewan” no se imagina que está posada en la que se hospedó es la fachada perfecta para practicar la minería ilegal que tanto daño le está causando al ecosistema y que está desterrando a nuestros aborígenes de sus tierras ancestrales.

 

Como se escucha en el video a “Charly Sinewan” esta posada Brisas del Paují, en el pasado fue una granja hippie, por lo que ahora entendemos la depravación de esta familia, que comenzó con los progenitores.

Recordemos que el movimiento hippie fue un movimiento social contracultural que surgió en Estados Unidos en la década de 1960. Se caracterizó por cuestionar los valores tradicionales, rechazar las guerras, el capitalismo consumista y la rigidez de ciertos roles sexuales y de género.

Ahora nos deja mucho más claro, su pasión por la agricultura, como se dejaba ver en su cuenta de Instagram, (que por cierto ya está en privada), tanta era la pasión que hasta cultiva y procesa su propia yerba.

 

Marcelo Benítez cosechando su propia Mariguana

UNA FAMILIA AL MARGEN DE LA LEY

El difunto Manuel Benítez, padre de Marcelo Benítez antes de irse a España, estafo a muchas personas en el país con altas sumas de dinero a cambio de conseguir cupos para vehículos chinos, los cuales nunca entregó ni tenía el contacto para hacerlo.

Mauricio Benítez es el hermano de Marcelo Benítez, Mauricio al igual que Marcelo tienen un pasado oscuro, ya que estuvo involucrado a hechos delictivos y perteneció a una banda de robo de quintas.

Mauricio Benítez, Pilar Liliana Andrade y Marcelo Benítez

Esta banda fue desmantelada, se hacían llamar «Los Quinteros del Norte» se dedicaba al robo de viviendas y vehículos, bajo el modus operandi de robo de residencias y vehículos, actuando en grupos de cuatro sujetos armados, entre ellos Mauricio.

Esta banda estaba conformada por cuatro sujetos a los que se identificó como Luis Eduardo Pinto Noguera, de 42 años, quien presentaba registros por robo, porte ilícito de arma de fuego, tráfico de droga y aprovechamiento; Rony Escobar Ojeda, de 37, con registros por hurto, secuestro y robo; He Rodríguez Ojeda, de 34 años, y Mauricio Benítez, con registros por robo, secuestro, aprovechamiento y hurto, pero por la influencia de su padre, en ese entonces en vida, todos los datos de Mauricio Benítez, fueron borrados del Ministerio Público y del sistema judicial venezolano.

Reseña de la brigada contra robos de los complices de Mauricio Benítez

 

Esta ha sido una familia que siempre ha operado en actividades al margen de la ley, al punto que su hijo Marcelo Benítez también habría estado involucrado en el secuestro su propio familiar, socio de su abuelo, crimen que fue descubierto, ya que el vehículo utilizado para dicha operación sería el de una ex pareja de Marcelo Benítez y el caso a pesar de ser denunciado a las autoridades, con el dinero y las influencias fue tapado y olvidado por el ministerio público, al igual que el de su hermano Mauricio Benítez. El nombre del secuestrado, como tal se presume, fue Juan Carlos Benítez.

Otro de los secuestros que llevó a cabo Marcelo Benítez fue el de un ciudadano de origen árabe conocido como Joseph “el negro” en Lecherías, el cual murió días posteriores a su secuestro en un accidente automovilístico y no se continuó con la investigación.

Pero esto no es todo, a Marcelo Benítez le han allanado las autoridades varias veces su casa en la urbanización Las Villas, en Lecherías, debido a diversas denuncias de los vecinos por actividades sospechosas y en uno de estos procedimientos se encontraron varias armas de fuego sin registros y en otro allanamiento encontraron varias motocicletas robadas, en este último operativo se pagaron 30 mil dólares a la policía del estado para dejarlo en libertad y no procesarlo.

 

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