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Por qué el Mar Negro se convirtió en el nuevo y crucial campo de batalla de la guerra en Ucrania

Las acciones más espectaculares de las últimas semanas en la guerra lanzada por Rusia al invadir Ucrania se trasladaron a las aguas del Mar Negro. Drones con explosivos que impactan en cruceros rusos, bloqueo naval ruso a los barcos ucranianos que intentan salir con los granos que alimentan a buena parte del mundo, ataques a ciudades costeras estratégicas y misiles contra los puentes que conectan Crimea con Ucrania y con Rusia. Y la extensión del conflicto a esta zona naval hace que involucre a nuevos actores como Rumania y Turquía.

GUSTAVO SIERRA // INFOBAE

Lejos del frente en Zaporizhzhia o de los bombardeos en Kiev, el Mar Negro estuvo relativamente en calma durante el primer año de guerra. Cuando se produjo la invasión rusa de febrero de 2022 parecía que uno de los objetivos de las fuerzas del Kremlin era tomar la estratégica ciudad de Odessa, la perla del Mar Negro, pero después de un emblemático incidente en una isla cercana al antiguo puerto griego la lucha se centró en el Donbás, la región industrial de la frontera ruso-ucraniana. El resto, fueron ataques esporádicos a los puentes que unen el territorio ruso con la península de Crimea y que sirven como línea de abastecimiento rusa.

Pero ahora es diferente. En las últimas semanas, los buques de guerra rusos patrullan el Mar Negro, lanzando misiles contra las ciudades ucranianas y creando un bloqueo de facto, amenazando a cualquier buque que intente romperlo. Los nuevos drones marítimos ucranianos responden sigilosamente impactando con explosivos en puertos y buques rusos. Por el aire, los aviones de vigilancia y los drones de la OTAN sobrevuelan las aguas internacionales, recopilando información de inteligencia que transmiten a Kiev para los contraataques. Un escenario muy peligroso que enfrenta directamente a Rusia con tres países costeros miembros de la OTAN: Rumania, Bulgaria y Turquía.

La tensión creció hace tres semanas cuando Rusia anunció que suspendía el acuerdo que permite exportar granos desde Ucrania a países de África, Oriente Medio y Asia. Tanto Rusia como Ucrania son importantes productores de trigo, cebada, aceite de girasol y otros alimentos de bajo costo de los que dependen varias naciones donde el hambre es una creciente amenaza. Con la mediación de las Naciones Unidas y Turquía se había logrado seis meses antes este pacto para permitir que los alimentos pudieran ser exportados.

“El Mar Negro es ahora una zona de conflicto, una zona de guerra tan relevante para Rusia y la OTAN como lo fue hasta ahora Ucrania occidental”, escribió en el New York Times, Ivo Daalder, director del Chicago Council on Global Affairs. “Hay peligro de que en los próximos meses se pueda convertir en un nuevo frente de guerra decisivo para el momento en que ambos contendientes se tengan que sentar en una mesa de negociaciones”.

Rusia considera que el Mar Negro es su proyección natural hacia la cuenca del Mediterráneo, la salida para sus hidrocarburos desde el puerto de Novorossiisk, su cabeza de puente para Siria y el resto de Medio Oriente y su vía de influencia hacia los Balcanes, los estratégicos estrechos del Bósforo y los Dardanelos controlados por Turquía. Desde el puerto de Sebastopol, en la Crimea ocupada desde 2014, opera con su base en Siria y sus aspiraciones sobre Libia, Egipto, Chipre e incluso Turquía, que miembro de la OTAN desde 1952.

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