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La reciente confirmación del contacto telefónico entre Donald Trump y Nicolás Maduro desató un sinfín de especulaciones sobre el futuro inmediato del régimen chavista. En medio de un despliegue militar sin precedentes en el Caribe, La Patilla conversó en exclusiva con Antonio de la Cruz, analista político y director ejecutivo de Inter American Trends, quien ofreció una lectura quirúrgica de los hechos: para Washington, la diplomacia se agotó y la orden de ejecución militar está sobre la mesa.

De la Cruz no dudó en calificar la llamada, en la que también participó el secretario de Estado Marco Rubio, como un punto de inflexión. Según el experto, este contacto ocurrió justo antes de que el Departamento de Estado declarase formalmente al Cártel de los Soles como una organización terrorista internacional, lo que cambió radicalmente las reglas de juego para Maduro y su entorno.

«Una vez declarado por el Departamento de Estado, se convierte en un enemigo de los Estados Unidos y sufre o tiene el mismo tratamiento que ha tenido Hamás, Hezbolá o los talibanes», explicó de la Cruz. Bajo esta premisa, la conversación no fue una negociación entre pares, sino, como han confirmado diversas fuentes, un ultimátum para que Maduro escoja su destino antes de que inicie una fase de fuerza mayor en territorio venezolano.

El analista detalló que la restricción del espacio aéreo anunciada por Trump el pasado sábado respondió a una secuencia operativa militar que ya está en marcha. «Nosotros estamos en este momento en un escenario de una orden de ejecución por la parte militar», aseguró, al advertir que la próxima fase contempla ataques directos a los objetivos logísticos del narcotráfico en el país.

Según reportes de Reuters divulgados el lunes, en la llamada se le ofreció a Maduro una salida con su círculo cercano, pero la contraoferta del líder chavista —que incluía protección para 100 personas y la permanencia de Delcy Rodríguez en el poder— fue rechazada de plano por Trump. Esto habría detonado la decisión del mandatario estadounidense de avanzar hacia la neutralización de objetivos estratégicos tras concluirse un plazo impuesto al gobernante oficialista para que abandonara el poder.

Además, el silencio oficial de Miraflores tras la llamada ha dejado múltiples interpretaciones. Para de la Cruz, la opacidad de la cúpula chavista es una táctica de supervivencia. «Maduro lo que ha hecho es que, ante esta situación, ha jugado al silencio (…) trata de seguir buscando que este hecho de actuar en territorio venezolano no se dé», señaló. El objetivo del régimen sería evitar un quiebre en las Fuerzas Armadas, el pilar que aún lo sostiene.

Sin embargo, el analista aclaró que la intervención planteada por Trump no es una invasión masiva tradicional, sino operaciones quirúrgicas similares a las ejecutadas contra Osama Bin Laden o Qasem Soleimani. «Aquí la solución diplomática, que es la que busca el Cártel de los Soles, no está planteada», sentenció. Para Washington, Maduro es un prófugo de la justicia con un caso abierto en Nueva York por narcoterrorismo.

A pesar de la gravedad del escenario, de la Cruz cree que Maduro aún tiene una «ventanita» para negociar su salida, aunque esta se cierra rápidamente. “Él podría todavía, pero va a tener que hacer su salida con el círculo y renunciar o dejar que se dé la instalación del gobierno que fue electo el 28 de julio del año pasado, que tiene la legitimidad de origen y por lo tanto es el proceso para iniciar la transición democrática en Venezuela”, expresó.

Recordó que Trump, en su historial, se ha dedicado a la tarea de resolver conflictos sin bajas civiles significativas, prefiriendo los acuerdos de última hora. «Es lo menos que quisiera tener que actuar militarmente (…) y es una de las cosas que le ha permitido todavía a Maduro seguir en Miraflores, porque si el presidente Trump hubiese tomado la decisión de actuar, en el Caribe está desplegado todo un poderío militar, se habla entre el 25 % de la fuerza de las capacidades militares de Estados Unidos para poder acometer esa misión», advirtió.

Con respecto a la retórica chavista de «hacerle frente al enemigo» en las calles, el director de Inter American Trends afirmó que se trata de un mecanismo de control interno. Argumentó que para sostener una resistencia armada se necesita el apoyo popular, algo que Maduro perdió definitivamente el pasado 28 de julio. «Hoy el Cártel de los Soles tiene el sol en la espalda, no tiene respaldo”.

Agregó que “aquí el pueblo venezolano quiere un cambio y lo ha manifestado por todas las vías pacíficas que son protestas, marchas, elecciones, porque también lo manifestó en la elección de la Asamblea Nacional del 2015. Lo ha manifestado por todos los mecanismos que son las vías pacíficas. Entonces, eso para mí es más para hacer creer que tienen fuerza”.

En cuanto a la lealtad militar, de la Cruz diferenció entre la cúpula comprometida con crímenes de lesa humanidad —que no tiene futuro fuera del régimen— y el resto de la oficialidad. Estimó que gran parte de las Fuerzas Armadas no estaría dispuesta a defender a Maduro ante una acción militar extranjera. «Yo no creo que vayan a apoyar a Maduro en un momento cuando actúen las fuerzas militares en el Caribe para liberar a Venezuela».

Un punto clave en el análisis es el factor energético. De la Cruz descartó que una acción contra el régimen genere un shock petrolero que frene a Estados Unidos, dado que ese país es hoy el mayor productor mundial de crudo. «El temor de un shock de precio por una guerra en Venezuela es mínimo. El mercado no lo vería como una disrupción del flujo petrolero mundial», destacó. Asimismo, refutó la narrativa chavista de que el país norteamericano busca «robarse» los recursos naturales. En tal sentido, reiteró que empresas como Chevron ya operan en el país y envían crudo a refinerías estadounidenses.

«A Estados Unidos le interesa tener un aliado, no una colonia, un aliado que permita poder desarrollar ese potencial que hay en Venezuela, por supuesto que sí, porque el petróleo seguirá siendo un recurso importante desde el punto de vista energético por lo menos por los próximos 50 años», enfatizó.

Finalmente, al ser consultado sobre el panorama de estos días de tensión, el analista político determinó que «estamos ante un desenlace por parte de las acciones en tierra y el quiebre tiene que darse dentro de la Fuerza Armada». Para el experto, la mesa está servida. Trump facilita la captura amparado en causas judiciales, pero el cambio de régimen final es una misión que, en última instancia, también requiere la acción decidida de los venezolanos y sus instituciones militares para restaurar la democracia.

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Por abc noticias

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