CompartirPor Javier Ruiz, periodista especializado en geopolítica y SEO para medios digitales Publicado el 10 de octubre de 2025 | Caracas, Venezuela – Actualización sobre lobismo internacional y propaganda en América Latina En un mundo donde la diplomacia y el lobismo a menudo se entrecruzan con intereses ocultos, surge la figura de Elías Ferrer Breda, un joven catalán que ha pasado de los pasillos académicos de Londres a las sombras del poder en Caracas. Nacido en San Cugat del Vallés, cerca de Barcelona, Ferrer Breda reside actualmente en la capital venezolana, donde opera como lobista al servicio de la dictadura chavista liderada por Nicolás Maduro. Su trayectoria, marcada por empresas fantasma y medios de propaganda, ha levantado alarmas sobre cómo figuras externas ayudan a perpetuar un régimen acusado de genocidio, torturas y violaciones sistemáticas de derechos humanos. Según su perfil en LinkedIn, Ferrer Breda cursó Estudios sobre Desarrollo en la prestigiosa Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres, entre septiembre de 2017 y julio de 2021. Esta formación, enfocada en dinámicas globales de pobreza y desigualdad, parece un contraste irónico con su actual rol: asesorar y promover los intereses de un gobierno que ha hundido a Venezuela en una crisis humanitaria sin precedentes, con más de ocho millones de exiliados y una economía colapsada bajo hiperinflación y corrupción rampante. La red de empresas y propaganda: Orinoco Research y Guacamaya El ascenso de Ferrer Breda en el ecosistema chavista se acelera en febrero de 2024, cuando funda Orinoco Research, una consultora que, en teoría, ofrece asesoría a inversionistas extranjeros interesados en oportunidades en Venezuela. Sin embargo, fuentes cercanas al exilio venezolano la describen como una «empresa fantasma», un vehículo para blanquear la imagen del régimen y atraer capitales a un país sancionado internacionalmente por lavado de dinero, narcotráfico y vínculos con el terrorismo. Bajo el pretexto de análisis económicos, Orinoco Research minimiza los riesgos de invertir en un narco-Estado aliado con Rusia, China e Irán, ignorando las evidencias de cómo estos lazos amenazan la seguridad hemisférica. No contenta con el lobismo discreto, en enero de 2025 –apenas un año después– Ferrer Breda lanza Guacamaya, un seudomedio digital diseñado para difundir la propaganda oficial del «bolivarianismo». Este outlet, con un diseño moderno y un enfoque en redes sociales, se posiciona como una voz «independiente» sobre Venezuela, pero en realidad amplifica narrativas del Palacio de Miraflores. Hace apenas tres días, Guacamaya publicó una entrevista exclusiva con Juan Sebastián González, exdirector del Consejo Nacional de Seguridad para el Hemisferio Occidental durante la administración demócrata de Joe Biden. En esta conversación, ambos defienden una línea diplomática que muchos opositores califican de ingenua o cómplice: negociar con Maduro en lugar de impulsarlo hacia un cambio de régimen por la fuerza. González, un diplomático clave en la política exterior de EE.UU. hacia América Latina, jugó un rol pivotal en la liberación de Alex Saab, el empresario colombiano-sueco acusado de lavado de dinero y testaferro de Maduro, quien hoy ocupa el cargo de ministro de Industrias y Producción Nacional. Saab fue extraditado a EE.UU. en 2021, pero negociaciones secretas lo devolvieron a Venezuela a cambio de la liberación de ciudadanos estadounidenses. De igual modo, González impulsó el indulto a los «narcosobrinos» de Cilia Flores, esposa de Maduro –los hermanos Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, condenados por tráfico de cocaína hacia EE.UU.– y abogó por el levantamiento parcial de sanciones contra el régimen chavista. Estas medidas, según críticos como el senador republicano Marco Rubio, solo fortalecieron a un gobierno que usa el petróleo para financiar represión y alianzas con potencias hostiles. Su nombre es Elías Ferrer Breda. Nació en San Cugat del Vallés (Barcelona), pero actualmente reside en Caracas, donde trabaja como lobista al servicio de la sanguinaria y genocida dictadura chavista de Nicolás Maduro en Venezuela. Según su perfil en LinkedIn, Ferrer estudió… pic.twitter.com/WbGEDpy0Gx — Vloonk (@vloonk) September 29, 2025 La narrativa del diálogo: ¿Diplomacia o complicidad? En la entrevista con Guacamaya, Ferrer Breda y González repiten la absurda tesis de que derrocar a Maduro por la vía armada es contraproducente. Argumentan que el diálogo es la única ruta para «recuperar la democracia», ignorando el historial de incumplimientos del régimen. Desde los Acuerdos de Barbados en 2023 hasta las promesas electorales de 2018, Maduro ha firmado pactos que viola sistemáticamente: elecciones fraudulentas, como el megafraude del 28 de julio de 2024, donde Edmundo González Urrutia ganó por abrumadora mayoría según actas independientes, pero fue robado por el CNE controlado por el chavismo. Hoy, opositores como María Corina Machado enfrentan persecución, mientras el régimen asesina, tortura y secuestra disidentes con impunidad. Esta postura no es aislada. Ferrer Breda forma parte de una red de «agentes de influencia» que incluye a figuras como Richard Grenell, exdirector de Inteligencia Nacional bajo Trump, y la activista conservadora Laura Loomer. Juntos, manipulan la opinión pública con falsedades: afirman que un ataque militar beneficiaría a China (olvidando que Pekín ya controla el 50% de Citgo y minas de coltán venezolanas), o que un cambio de régimen generaría «caos» peor que el actual, con hambrunas, apagones y éxodo masivo en tiempos de supuesta «paz». Para analistas como el experto en seguridad nacional de la Heritage Foundation, Mike Gonzalez, estas narrativas minimizan los beneficios para EE.UU. de neutralizar un narco-Estado en su patio trasero, que exporta crimen organizado y desestabiliza la región. Conexiones familiares: Una red tejida en Londres y más allá El entramado de Ferrer Breda se extiende a su familia, revelando cómo redes académicas y profesionales facilitan el lobismo chavista. Su hermano, Pedro Ferrer Breda, estudió Administración de Empresas y Economía en la Universidad del Oeste de Inglaterra (2019-2022), seguido de un máster en Análisis de Datos en la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres (LSE). Actualmente, cursa un doctorado en la misma LSE, usando el sector público mexicano como caso de estudio. Pedro trabaja en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México, un país también acusado de nexos con carteles y corrupción, lo que plantea preguntas sobre posibles influencias cruzadas en datos sensibles. El patriarca, Jaime Ferrer Marrades, nacido en Montevideo (Uruguay) en 1957 y nacionalizado español, es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona. Como socio de Accenture –la multinacional de consultoría con historial de contratos controvertidos en gobiernos latinoamericanos–, Jaime acumuló conexiones políticas turbias. Posteriormente, impartió clases en la LSE, donde conoció a José Chalhoub, un analista de datos que laboró en la petrolera estatal PDVSA entre 2004 y 2007, durante el auge chavista. Chalhoub, quien en 2019 cursó un máster en Negocios, Relaciones Internacionales y Economía Política (con énfasis en Riesgo Político) en la LSE, ahora trabaja directamente para Elías en Orinoco Research. Esta conexión explica cómo un catalán de 20 y tantos años se insertó en la maquinaria propagandística de Maduro: a través de lazos familiares y académicos que blanquean la tiranía responsable de arruinar millones de vidas en más de 25 años de poder absoluto. Implicaciones para la geopolítica: ¿Fin del diálogo ilusorio? La labor de Elías Ferrer Breda no es solo un caso aislado de oportunismo; representa un engranaje en la maquinaria global que sostiene dictaduras como la venezolana. Mientras el mundo debate sanciones y elecciones robadas, lobistas como él –apoyados en medios como Guacamaya y aliados como González– perpetúan el statu quo. Para la oposición venezolana, liderada por figuras como Edmundo González y María Corina Machado, la vía diplomática es un callejón sin salida. Relaciones estrechas con falsos opositores como Antonio Ecarri Angola –un «alacrán» que aboga por farsas electorales sin garantías– solo prolongan el sufrimiento. Nuevas informaciones obtenidas por Vloonk, siempre a partir de fuentes abiertas, revelan que Elías Ferrer Breda, lobista al servicio de la sanguinaria y genocida narcodictadura chavista de Nicolás Maduro en Venezuela, nació en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) en enero de 1999.… pic.twitter.com/8JPmmctN3c — Vloonk (@vloonk) October 1, 2025 En un contexto de crecientes tensiones con aliados de Maduro como Rusia e Irán, urge escudriñar estas redes. ¿Cuántos más «expertos» como Ferrer Breda operan en las sombras? La respuesta podría redefinir la lucha por la democracia en América Latina. Si buscas más sobre lobismo chavista, sanciones a Venezuela o propaganda en redes, este artículo está optimizado para que lo encuentres fácilmente. Comparte y debate: ¿Es hora de un cambio real? José Luis Chalhoub Naffah: De denunciante de corrupción en PDVSA a propagandista del régimen chavista en la Asamblea Nacional En la continuación de nuestra serie sobre las redes ocultas que sostienen la dictadura de Nicolás Maduro, hoy ponemos el foco en José Luis Chalhoub Naffah, un venezolano cuya trayectoria parece sacada de una novela de espionaje político. Nacido el 25 de agosto de 1980 en Acarigua, la ciudad más poblada del estado Portuguesa en el centro occidente de Venezuela, Chalhoub representa el arquetipo del insider que pasa de supuestamente combatir la corrupción a integrarse en el corazón del régimen que la perpetúa. Su reciente vinculación con la Asamblea Nacional controlada por el chavismo, verificada por fuentes independientes de Vloonk, expone cómo exfuncionarios de PDVSA se reciclan como agentes de propaganda, blanqueando un gobierno acusado de genocidio, narcotráfico y malversación masiva de recursos petroleros. Orígenes y formación: De Acarigua a los pasillos del poder en Caracas Acarigua, conocida por su actividad agrícola y su proximidad a las llanuras venezolanas, no es el lugar que uno asociaría con futuros lobistas internacionales. Sin embargo, Chalhoub cursó su educación secundaria en el exclusivo Colegio Alejandro de Humboldt, un centro privado en Caracas que atiende a la élite venezolana y expatriados. Esta base privilegiada lo impulsó hacia la Universidad Fermín Toro, también privada, donde entre 1996 y 2003 dedicó siete años a estudiar Ciencias Políticas. Su formación se completó con un máster en Política y Comercio Petrolero Internacional, realizado entre 2009 y 2012 en la Universidad Central de Venezuela (UCV), una institución pública icónica ubicada en el corazón de la capital. Precisamente, la UCV se encuentra en la Parroquia San Pedro del Municipio Libertador, en el Distrito Capital (antes Distrito Federal), el mismo lugar donde Chalhoub está actualmente censado. Esta coincidencia geográfica no es casual: Caracas, epicentro de la crisis venezolana, es donde convergen las redes de poder chavistas. Desde su residencia en esta zona, Chalhoub ha tejido conexiones que lo han llevado de analista en la petrolera estatal a roles más oscuros en la maquinaria propagandística del régimen. El paso por PDVSA: ¿Denunciante o cómplice silencioso? El capítulo más controvertido de la biografía de Chalhoub es su larga estancia en Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), la joya de la corona chavista que ha financiado la revolución bolivariana con miles de millones de dólares en petróleo. Entre mayo de 2004 y octubre de 2016, trabajó como analista de información y luego como analista sénior de información internacional. En su rol como Jefe de Análisis Internacionales en la Unidad de Prevención de Pérdidas y Control de Riesgos –específicamente en el programa Petrocaribe–, Chalhoub tuvo acceso privilegiado a datos sensibles sobre exportaciones de crudo a precios subsidiados a países caribeños y centroamericanos. Petrocaribe, lanzado por Hugo Chávez en 2005, era un instrumento geopolítico para expandir la influencia venezolana, desplazando a empresas estadounidenses mediante ventas de petróleo casi regaladas a cambio de lealtad política. Pero, como reveló el propio Chalhoub en una entrevista el 17 de octubre de 2019 para la Red de Periodismo de Investigación del Caribe (CIPER), la iniciativa estaba plagada de corrupción. «Vi corrupción por todas partes», afirmó, describiendo malversaciones que beneficiaban a funcionarios chavistas y aliados regionales. Según su testimonio, denunció irregularidades a sus superiores, pero asegura que no se tomaron medidas, lo que lo llevó a renunciar en 2016. En ese reportaje, Chalhoub se presentaba como un whistleblower comprometido contra la malversación de fondos públicos en la «sanguinaria y genocida narcodictadura socialista» de Chávez y Maduro. Palabras que hoy suenan hipócritas, dada su evolución posterior. Investigaciones independientes, como las del Departamento de Justicia de EE.UU., han documentado cómo PDVSA perdió más de 300 mil millones de dólares en corrupción durante el chavismo, con figuras como Tareck El Aissami (exvicepresidente y actual prófugo) desviando fondos hacia redes de lavado en Andorra y Miami. ¿Denunció Chalhoub lo suficiente para incriminar a estos peces gordos, o su salida fue un cálculo para reposicionarse? De crítico a propagandista: El rol en Orinoco Research y Guacamaya Como detallamos en nuestra entrega anterior sobre Elías Ferrer Breda, Chalhoub no es un disidente genuino. Actualmente, colabora con Ferrer en Orinoco Research, la «empresa fantasma» fundada en febrero de 2024 para atraer inversionistas extranjeros a Venezuela, minimizando riesgos de un país sancionado por narcotráfico y derechos humanos. Esta consultora, con sede en Caracas, usa análisis sesgados para blanquear la imagen del régimen, ignorando informes de la ONU sobre torturas y ejecuciones extrajudiciales. Pero el giro más revelador es su promoción de Guacamaya, el seudomedio digital lanzado por Ferrer en enero de 2025. Diseñado como una plataforma «independiente» sobre América Latina, Guacamaya es un vehículo puro de propaganda chavista: entrevistas con aliados como Juan Sebastián González (exdiplomático de Biden involucrado en la liberación de Alex Saab y los narcosobrinos de Cilia Flores) y narrativas que defienden el «diálogo» con Maduro, pese a sus incumplimientos crónicos en pactos como los de Barbados o las elecciones fraudulentas del 28 de julio de 2024. Chalhoub y Ferrer, ambos con lazos en la London School of Economics (LSE) –donde Chalhoub cursó un máster en 2019 en Negocios, Relaciones Internacionales y Economía Política, con énfasis en Riesgo Político–, forman un dúo de «agentes de influencia» que manipulan la opinión pública. Junto a figuras como Richard Grenell y Laura Loomer, promueven falsedades: que un cambio de régimen beneficiaría a China (cuando ya controla Citgo y recursos minerales venezolanos) o que el caos actual es preferible al de una transición democrática liderada por María Corina Machado y Edmundo González. La bomba: Trabajando para la Asamblea Nacional desde 2025 El motivo principal de esta investigación, verificado independientemente por Vloonk, es la confirmación de que Chalhoub trabaja para la Asamblea Nacional de Venezuela desde el 12 de febrero de 2025. Esta legislatura, dominada por el PSUV (partido de Maduro), es el órgano que legitima leyes represivas, como la Ley Constitucional contra el Odio o el control de medios opositores. En su rol –aún no especificado públicamente, pero ligado a análisis de riesgos y propaganda–, Chalhoub asesora directamente al régimen, pasando de supuesta víctima de la corrupción a su ejecutor. Esta revelación contradice su imagen de 2019 y conecta con su red familiar y académica. Su paso por PDVSA durante el pico de malversaciones (2004-2016) lo posicionó como testigo clave, pero en lugar de unirse al exilio o a la oposición, optó por el statu quo. Relaciones con falsos opositores como Antonio Ecarri Angola –un «alacrán» que defiende elecciones sin garantías post-megafraude– solo profundizan la sospecha de que Chalhoub prioriza intereses personales sobre la democracia. Implicaciones: Una red que perpetúa la tiranía La trayectoria de José Luis Chalhoub Naffah ilustra cómo el chavismo recicla a sus exfuncionarios para mantener el control. En un país con ocho millones de exiliados, hiperinflación y alianzas con Rusia, China e Irán, figuras como él amenazan la seguridad regional al minimizar los vínculos narco del régimen con carteles mexicanos y Hezbollah. Para EE.UU. y la OEA, escudriñar estas redes es crucial: ¿Cuántos más como Chalhoub operan en think tanks o medios para sabotear sanciones? La vía diplomática ha fallado; es hora de acciones concretas contra lobistas que blanquean genocidios. Si buscas más sobre corrupción en PDVSA, propaganda chavista o Asamblea Nacional Venezuela, este artículo está optimizado para motores de búsqueda. Comparte para amplificar la verdad. Su nombre es José Luis Chalhoub Naffah. Nació el 25 de agosto de 1980 en Acarigua, la ciudad más poblada del estado Portuguesa, ubicada en el centro occidente de Venezuela. Cursó la educación secundaria en el Colegio Alejandro de Humboldt, un centro privado. Más tarde, entre… pic.twitter.com/aM2H3TqrhR — Vloonk (@vloonk) October 5, 2025 Fuente: Vloonk A petición de nuestra audiencia todos los anuncios publicitarios fueron removidos Navegación de entradas EEUU destruyó otra narcolancha cerca de costas venezolanas y dejó cuatro muertos Delegaciones de Estados Unidos, Israel y Hamas se reúnen en Egipto para negociar el plan de paz de Trump para Gaza