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La Casa Blanca propuso recientemente una idea para que aviones militares estadounidenses lancen panfletos sobre Caracas en una operación psicológica diseñada para presionar aún más a Nicolás Maduro, posiblemente programada para el domingo para coincidir con su cumpleaños, según personas familiarizadas con el asunto.

Por: The Washington Post

La operación, que según esas personas aún no ha sido autorizada, sería una escalada en la campaña de presión de Washington para sacar a Maduro del poder, que ha sido una fijación desde el primer mandato del presidente Donald Trump y una prioridad entre sus principales asesores.

Trump ha desplegado una armada de buques de guerra en el Mar Caribe y miles de tropas estadounidenses en la región en una operación que ha matado a más de 80 presuntos narcotraficantes desde principios de septiembre. La administración Trump ignoró las preocupaciones que algunos abogados del gobierno plantearon en conversaciones internas sobre si es legal matar a presuntos criminales que no son combatientes enemigos.

La administración ha afirmado en una notificación al Congreso y en una opinión paralela de la Oficina de Asesoría Jurídica que Estados Unidos se encuentra en un conflicto armado «no internacional» con «organizaciones terroristas designadas». Esta afirmación ha indignado a legisladores demócratas y algunos republicanos, quienes han afirmado que la administración no ha presentado argumentos convincentes para justificar que puede ejecutar arbitrariamente a presuntos criminales en aguas internacionales, en lugar de interceptarlos y arrestarlos.

Trump dijo a mediados de noviembre que ya tenía “más o menos tomada una decisión” sobre cómo proceder ante la posibilidad de una acción militar en Venezuela, y anteriormente había amenazado con ampliar las operaciones actuales a objetivos en tierra.

Se esperaba que los folletos contuvieran información sobre una recompensa de 50 millones de dólares por ayudar a Maduro a arrestar y condenar, según las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato para poder hablar sobre la delicada planificación de una posible operación. En agosto, funcionarios estadounidenses aumentaron la recompensa de 25 millones de dólares, citando su acusación formal de 2020 por corrupción, narcoterrorismo y narcotráfico.

Puedes leer la nota completa en The Washington Post

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