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Bernardo Arévalo, el candidato que sobrevivió a los intentos de inhabilitación y prometió combatir la corrupción en Guatemala

Bernardo Arévalo de León fue la gran sorpresa de las elecciones presidenciales de junio en Guatemala al alcanzar el segundo lugar y entrar al balotaje en el que se enfrentó este domingo a la ex primera dama Sandra Torres. El candidato por el Movimiento Semilla, un partido político con un perfil progresista de izquierda, es visto por analistas como la única opción que ha tenido el país en décadas para dejar atrás la política tradicional.

El principal objetivo de Arévalo será acabar con la corrupción, un tema de mucha sensibilidad para la comunidad internacional y los países aliados como Estados Unidos que ven en ella la raíz de la creciente migración hacia el norte por la falta de oportunidades. “Necesitamos voltear la página”, dijo en un debate realizado una semana atrás, y prometió sacar al país “del pantano de la corrupción”.

El flamante presidente guatemalteco también manifestó que traerá de regreso al país a los jueces y fiscales exiliados por su lucha contra la corrupción y cuya persecución le ha valido críticas al país por el vertiginoso deterioro del Estado de Derecho durante la actual gestión de Alejandro Giammattei.

Arévalo tiene 64 años, es diplomático y doctor en Sociología y es hijo del ex presidente Juan José Arévalo Bermejo, que gobernó la mitad de lo que se conoce en Guatemala como los “gobiernos de la primavera” -entre 1945 y 1954- que lideraron proyectos para la inclusión de los pueblos indígenas, acceso a la tierra para campesinos y la creación del Instituto de Seguridad Social.

De este modo, sobre sus espaldas recae el legado de su padre, primer presidente democrático del país tras décadas de dictaduras, que puso fin a los 13 años del caudillo Jorge Ubico, un admirador de Hitler que sometió a trabajo forzado a los indígenas mayas.

“Yo no soy mi padre, pero recorro el mismo camino”, declaró al cerrar su campaña en la plaza central de la capital. Prometió, además la llegada de una nueva “primavera”: “Por primera vez en muchos años hay una alternativa”.

Arévalo es fundador del Movimiento Semilla, un partido de tendencia izquierdista y liderazgos jóvenes que intentó hacerse con la presidencia en 2019 llevando como candidata a Thelma Aldana, la ex fiscal asilada en Estados Unidos, cuya inscripción le fue vetada por la autoridad electoral aduciendo que no cumplía los requisitos para participar. Fundado en 2017, el partido tiene sus raíces en las protestas desatadas en 2015 después de que el fiscal general de Guatemala y un organismo anticorrupción respaldado por la ONU destaparan una trama de corrupción que involucraba a los entonces presidente y vicepresidenta, quienes renunciaron y fueron detenidos.

“Sueño con una Guatemala donde se tenga acceso a una vida digna”, sostuvo Arévalo.

Un día después de dar la sorpresa en la primera vuelta, el 25 de junio pasado, dijo además que el país “necesita honradez y decencia para hacer que venga el desarrollo”.

Como diputado se opuso a la propuesta oficialista de establecer el estado de sitio con restricciones a los derechos constitucionales durante la pandemia de COVID-19 o para enfrentar la ingobernabilidad en algunas áreas de conflicto -especialmente por la operación de proyectos mineros- y también rechazó ampliaciones del presupuesto nacional que consideró poco transparentes.

Durante la campaña electoral adelantó que no legalizará el aborto (ahora permitido solo cuando está en peligro la vida de la mujer) ni el matrimonio igualitario, pero aseguró que no permitirá la discriminación ni estigmatización por género ni religión.

Durante su carrera diplomática fue embajador y viceministro de Relaciones Exteriores y se dedicó a proyectos de reconstrucción social tras la guerra civil de 1960 a 1996.

La guitarra, la lectura, la cocina y la música son algunas de sus aficiones.

Su padre pasó 20 años en el exilio y Arévalo nació en Montevideo, Uruguay, pero es ciudadano guatemalteco de origen y regresó con su familia al país, donde realizó sus estudios secundarios. La Constitución establece que son ciudadanos de origen los nacidos en el territorio de Guatemala y los hijos de padre o madre guatemaltecos nacidos en el extranjero.

La participación de Semilla no ha sido fácil. Tras pasar a segunda vuelta, nueve partidos -incluido el derechista Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) de Torres-, iniciaron una batalla legal para que no se oficializaran los resultados y no pudiera participar en la segunda ronda, pero la justicia finalmente lo autorizó.

Entonces la fiscalía accionó penalmente para que un juez suspendiera la personalidad jurídica del partido, algo que también frenaron las cortes.

Hasta tres días antes de las elecciones el fiscal Rafael Curruchiche, sancionado por Estados Unidos por obstruir la lucha contra la corrupción y socavar la democracia en el país y quien investiga la conformación de Semilla, anunció acciones penales incluidas órdenes de aprehensión y solicitudes de retiro de inmunidad de miembros de ese partido.

No obstante, Estados Unidos ha defendido al hijo del ex presidente Arévalo ante los intentos de la Fiscalía guatemalteca de marginarlo del balotaje.

De esta manera, Arévalo de León será el primer presidente de carácter progresista y de izquierda moderada que gobernará Guatemala. Pese a haber dado la gran sorpresa, tendrá que trabajar con un Congreso en el que Semilla sólo controlará con 23 de los 160 escaños.

Con información de AP y AFP

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