Atractivas y de esbeltas figuras, pero altamente peligrosas. Detrás de sus seductoras miradas existe un amplio historial criminal que aprovecha a su favor la megabanda venezolana del Tren de Aragua para seguir abriéndose paso en el mundo delincuencial en Perú y otros países de la región. Estas mujeres juegan un papel importante en la estructura delictiva.
Aunque en la mayoría de casos se les asigna roles de administración o logística, las también llamadas Muñecas de Aragua participan en acciones de gatilleo en las que dejan ver su total sangre fría, cuando se trata de asesinar a punta de pistola a algún miembro de una banda rival o trabajadora sexual que no quiera ceder a la extorsión.
“Les interesa poco o nada lo que es la policía, la justicia, tienen otro pensamiento delictivo. Son, incluso, más violentas y sanguinarias que muchos hombres. Eso me hace recordar el tiempo del terrorismo en el Perú, donde las mujeres terroristas daban el golpe de gracia”, dijo César Ortiz Anderson, analista seguridad y presidente de Aprosec, a Testigo Directo.
Estas peligrosas venezolanas tienen, muchas veces, el encargo de ‘cuidar’ a sus compatriotas que son captadas para la explotación sexual. Además, tienen la encomienda de servir de ‘cajeras’, recolectando el dinero del cobro de cupos por el uso de sus plazas de prostitución.
Para las autoridades peruanas y de otros países, las féminas del Tren de Aragua tienen esa posibilidad para infiltrarse por su belleza, lo calculadoras que pueden llegar a ser y por la forma en que pasan desapercibidas en su condición y atributos físicos.
Muchas de estas avezadas mujeres extranjeras usan las redes sociales, principalmente el TikTok, de fachada para hacer creer a las autoridades y el entorno en general que son inofensivas influencers. La mayoría de ellas tienen miles de seguidores, quienes quedan prendidos por sus sensuales bailes y curvilíneas figuras.
Por información policial, se conoce que también son las encargadas de alquilar lujosas casas con piscina, que los cabecillas convierten en sus ‘búnker’, donde realizan desenfrenadas fiestas con ingentes cantidades de alcohol y todo tipo de drogas.
De acuerdo al perfil sicológico de estas mujeres, se conoce que son jóvenes de entre 18 a 25 años, calculadoras, organizadas y sin ningún tipo de escrúpulos. Todas estas virtudes se potencian si se convierten en la pareja y brazo derecho de uno de los jefes del Tren de Aragua o sus letales facciones.
No es una sola, son varias. Por ejemplo, en el Perú, sobre todo en Lima, hay varias de ellas que han tenido un rol importante dentro de esa estructura criminal. Una de las más peligrosas es Wanda del Valle Bermúdez, la Bebecita del crimen, quien fue pareja del abatido delincuente venezolano Christopher Fuentes González, el Maldito Cris.
La policía sospecha que ella viene recibiendo el resguardo del Tren de Aragua. Se mantiene prófuga hace ya varios meses y, desde la clandestinidad, viene ofreciendo hasta 40 mil dólares por atentar contra la vida del coronel PNP Víctor Revoredo.
Recientemente también se conoció el caso de Minervis Hernández Peña, de 22 años, alias la Flaca, quien tenía a su cargo la recaudación del dinero de la explotación sexual a decenas de venezolanas que ofrecen sus servicios en la zona este de la capital peruana.
Amante del TikTok, la buena ropa, las fiestas y el trago. Se desempeñaba como ‘la cajera’ de los Gallegos del Tren de Aragua, una de las más sanguinarias facciones de la megabanda criminal.
Otro sonado caso, en el que la presencia de la mujer juega un papel importante, fue el de Faridy Lusimar Zea Hernández, alias la Caraqueña, una de las cabecillas de los desalmados Hijos de Dios, otra temida facción del Tren de Aragua, que se encargaba de esclavizar sexualmente a decenas de mujeres extranjeras.
Quizás, junto a Wanda del Valle, Maria Emilia Colmenares han sido de las mujeres más importantes y con mayor ascendencia en la red criminal venezolana. Operó, de la mano con el proxeneta Luis Felipe Franco Ceballos, en la ciudad de Concepción, en el vecino país de Chile. Traía compatriotas, muchas vecez con engaños o amenazas, para esclavizarlas sexualmente.
Según informó la unidad investigativa de la Radio Bío-Bío, ambos comenzaron a construir un imperio en base al narcotráfico y a la trata de mujeres para la prostitución.
