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La creciente tensión entre EEUU y Venezuela ha provocado la mayor concentración militar en el Caribe desde el fin de la Guerra Fría.

Por Will Grant | BBC Mundo

La última vez que Estados Unidos envió tantos buques de guerra a la región fue en 1989, cuando derrocó al presidente de Panamá, Manuel Noriega, al que acusaba de narcotráfico.

Sin embargo, hay más diferencias que similitudes entre aquel momento y el actual.

En primer lugar, las similitudes. Aunque estén separados por varias décadas, en ambos casos una creciente guerra de palabras entre Washington y un hombre fuerte latinoamericano llevó tras años de enemistad a un importante despliegue militar estadounidense en la región.

En ambos casos Washington acusó a un gobernante latinoamericano de implicarse personalmente en el narcotráfico, lo que aumentó la presión interna sobre un presidente asediado.

Tanto en los casos de Noriega como del presidente venezolano Nicolás Maduro, el argumento central del gobierno estadounidense es que ellos y sus gobiernos traficaron con drogas.

En última instancia, la premisa de que el líder rival es, en esencia, un narcotraficante se ha convertido en la justificación que Washington ha ofrecido al público estadounidense para todos los pasos posteriores.

Ambas naciones también tienen una enorme importancia estratégica —el Canal de Panamá y las vastas reservas de petróleo de Venezuela—, lo que aumenta considerablemente lo que está en juego.

Sin embargo, las diferencias también son notables.

La Guerra Fría y el siglo XXI son momentos muy diferentes, y George H. W. Bush, presidente de Estados Unidos en 1989, y Donald Trump son líderes muy distintos.

Noriega había sido un activo de la CIA durante muchos años y finalmente fue condenado basándose en pruebas irrefutables que abarcaban desde registros financieros hasta el testimonio de hombres que habían realizado vuelos de drogas o lavado dinero del narcotráfico en Panamá para el Cartel de Medellín. Incluso uno de los principales líderes del cartel acusó a Noriega de estar involucrado personalmente en el comercio ilegal.

En el caso de Maduro, el gobierno de Trump establece un vínculo directo entre las lanchas rápidas alcanzadas en ataques aéreos letales en el Caribe y el propio presidente venezolano.

Washington acusa a Maduro de encabezar el Cartel de los Soles, un grupo que presuntamente está compuesto por miembros y exmiembros de la cúpula militar venezolana.

Pero muchos analistas de la guerra contra las drogas cuestionan si el Cartel de los Soles es un grupo criminal formal o más bien una alianza flexible de funcionarios corruptos que se han enriquecido con el contrabando de drogas y recursos naturales a través de los puertos venezolanos.

Por su parte, Maduro y su administración niegan la existencia de tal cartel, calificándolo de una «narrativa» sin fundamento difundida por Washington para desalojarlos del poder.

Nota completa en BBC Mundo

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