CompartirAdvertise here Ridley Scott firmó en el año 2000 una de las grandes epopeyas del cine histórico. Gladiator no solo devolvió el interés del público por la Antigua Roma, sino que convirtió a su protagonista, Máximo, en el héroe perfecto: valiente, leal, trágico, invencible. Sin embargo, la historia antigua rara vez se ajusta a los cánones del guion cinematográfico. Porque no, Máximo no existió. Pero su leyenda se construyó con retazos de personajes reales, cuya vida fue, en muchos casos, aún más fascinante que la ficción. Por: Muy interesante El mosaico de hombres reales detrás del mitoAdvertise here Para entender a Máximo hay que verlo como un collage cuidadosamente ensamblado. En él confluyen las hazañas de cinco figuras históricas que sí existieron, aunque vivieron destinos muy distintos. El primero, y más evidente, es Marco Nonio Macrino, general de alto rango y consejero de Marco Aurelio. Sirvió en las campañas contra los germanos, como el protagonista de Gladiator, y se retiró con honores. En 2008, su tumba fue hallada cerca de Roma, monumental y ricamente decorada: una señal clara de que murió rico y respetado, no asesinado en la arena. Otro nombre que emerge en los bastidores del guion es el de Tiberio Claudio Pompeyano, un militar de origen sirio y segundo esposo de Lucila, la hija del emperador. Fue tan cercano a la familia imperial que se le ofreció el trono en más de una ocasión. Lo rechazó. Su vida fue una combinación de poder, distancia estratégica y lealtad discreta. ¿Te suena? El reflejo de Máximo está claro. Puedes leer la nota completa en Muy interesante Navegación de entradas Imágenes sensibles: El momento en el que una familia fue aplastada por un deslizamiento de tierra Los países que resistirían si el mundo se desmorona en una Tercera Guerra Mundial