Rudy Rodriguez
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Wilmer Ruperti y Rudy Rodriguez señalados de estafa multimillonaria

Por Maibort Petit
@maibortpetit

Un grupo de profesionales del mundo del celuloide, contratados por la productora R92 Films LLC para producir el largometraje “El vuelo del turpial”, pone sobre el tapete una supuesta estafa colectiva y un esquema de lavado de dinero, que vinculan -inclusive- con el narcotráfico. En el pleito aparecen involucrados los empresarios chavistas Wilmer Ruperti y Edgard Meinhardt, junto a la actriz venezolana Ruddy Rodríguez. Mientras los acusados niegan los cargos, los denunciantes amenazan con llevar el caso a los tribunales federales norteamericanos. He aquí parte de la historia.

El inicio de las denuncias

Desde mediados de 2016 se empezó a escuchar en varios medios de comunicación social de Venezuela una denuncia sobre una supuesta estafa que habría llevado a cabo la empresa de producción cinematográfica Productora R92 Films LLC, propiedad del empresario Edgard Meinhardt, la actriz venezolana Ruddy Rodríguez y su manager Haik Gazarian quien se desempeña como director de cine. Estos personajes habrían contratado a un equipo de trabajo de fama internacional para producir “El vuelo del turpial”, una superproducción que buscaba “poner a Venezuela en un sitial cinematográfico que se merece” según advirtió la actriz.

Una parte del equipo contratado para crear el rodaje ha asegurado por diversas vías que fue objeto de una gran estafa, ya que trabajaron y no les pagaron lo prometido. Uno de los denunciantes va más allá, y asegura que luego de haber investigado lo ocurrido, ha llegado a la conclusión que el megaproyecto habría servido para lavar dinero proveniente del narcotráfico y la corrupción. La afamada actriz niega todas las acusaciones y se desentiende del asunto asegurando que no tiene deuda con nadie y que la paralización del proyecto se debió a la falta de presupuesto. Aquí puede ver los primeros números que presentó Haik Gazarian.

Un lanzamiento por todo lo alto

La producción fue presentada de manera rimbombante por la actriz y sus socios quienes contrataron un equipo de renombrados profesionales que permitiría conseguir los fondos necesario para desarrollar el proyecto de alcance mundial.

El guión del largometraje fue escrito por la actriz colombiana Valentina Rendón, esposa del director de cine y accionista de R92 Films LLC, Haik Gazarian. En la propuesta decía que los actores eran los siguientes: Edgar Ramírez, Wagner Mouro, Eugenio Derbez, Alfonso Herrera, Ruddy Rodríguez, Valentina Rendón.

Como productores aparecen en la presentación original: Delfina Catalá y Haik Gazarian y como productores ejecutivos: Ruddy Rodríguez y Edgar Ramírez.

Para desarrollar el concepto de la película contrataron a Edgar Jiménez P, quien ahora lleva la voz cantante de las acusaciones por estafa contra Rodríguez y sus asociados. Los primeros dardos los lanzó a través de una carta publicada en su cuenta de la red social Facebook, donde se dedicó a contar los pormenores de su experiencia en la película que nunca llegó a concretarse y que afectó a numerosas personas que participaron en la preproducción aportando desde talento, tiempo y capital, sin que hasta la fecha ni Rodríguez, Meinhardt, ni Gazarian les hayan dado una respuesta satisfactoria a sus demanda de pago y resarcimiento.

Quien fuera el director artístico del largometraje, acusa a la productora R92 Films de haber armado “una gran burbuja” para llevar a cabo su estafa valiéndose de las ideas con que Jiménez fue construyendo la trama de la película (ideas, personajes, imágenes, escenas, paisajes y ambientación) para convencer a otros talentos y profesionales que se sumaron al proyecto.

Refiere que para cumplir su cometido, Ruddy Rodríguez y sus socios utilizaron el nombre y el prestigio de Sony Pictures y Universal Studios a objeto de captar la atención de inversionistas y hasta gobiernos. Con la referencia a los mencionados estudios cinematográficos hacían creer que la distribución de “El vuelo del turpial” estaba garantizada mundialmente e insistían que sería proyectada en China, Rusia y América Latina, “pero extrañamente nunca en EEUU”. Ver detalles aquí.

Jiménez trabajó durante tres años para ilustrar el guión del film, primero desde Caracas, luego en Los Ángeles y después en República Dominicana, llegándose a reunir un equipo de profesionales conformado por 95 personas que a sólo tres meses de haber iniciado la pre-producción comenzaron a ver fallas en sus pagos, pese a que se incurría en un gran despilfarro en la contratación de empresas costosisimas, suntuosos viajes en jet privado, caras residencias para los directivos y sus familias, entre otros. Una película que aún sin iniciar acumulaba para el momento de redactar Jiménez su carta grandes deudas por varios millones de dólares.
“Nos llevaron a Los Ángeles (LA) a más de 40 personas para dos reuniones y presentar el equipo donde no hicimos nada, y lo que realmente hicieron fue armar un equipo de talentos para una fachada y conseguir el dinero para comenzar a contratar cosas entre ellos los estudios de cine de Pinewood, viajamos a LA un mes y a República Dominicana más de 90 personas, para que en dos meses se perdieran 35 millones de dólares y pidieran más a los inversionistas”.

Cabe destacar que Edgard Meinhardt es el mismo productor de la película “Bolívar, The Liberator” de ingrata recordación en los años 90, la cual tampoco nunca llegó a concretarse pero que también fue denunciada como una gran estafa que, al parecer, lo llevó a figurar en la lista de los cien venezolanos con cuentas de más de 100 millones de dólares en el HSBC de Suiza.

Jiménez se explaya en la narración de una serie de irregularidades, gastos injustificados y excesivos, mientras se producían impagos tanto al personal como a las empresas contratadas, tal es el caso de Estudios Pinewood de República Dominicana que ante la falta de cancelación de la deuda que con ellos se mantenía, terminaron prohibiendo la entrada al personal sin que siquiera pudieran retirar sus equipos y pertenencias personales de las oficinas. En los citados estudios se recrearon escenarios naturales de Canaima bajo el alegato de que habiendo niños en la producción era mejor no correr riesgos en los escenarios naturales. Una excusa si se quiere tonta, toda vez que tecnologías como el croma habrían permitido resolver ese problema.

No es menos curioso que habiendo contratado equipos de filmación con excesivo tiempo de antelación al rodaje, no se haya filmado ni un solo milímetro de la película. Tampoco hubo elenco, el vestuario se confeccionó sobre maniquíes, no hubo ensayos. Los tres años de trabajo de Jiménez y el resto de las personas se limitaron a la conformación del equipo y la costosa preproducción.

Para el mes de diciembre de 2015 se tomó una decisión que a ojos de Edgar Jiménez era insólita: se otorgó un asueto navideño para supuestamente reanudar labores a mediados de enero de 2016, lo cual nunca sucedió. Luego les dijeron que en razón a una serie de auditorías llevadas a cabo por los inversionistas, el proyecto debía detenerse hasta agosto de 2016 y en razón de ello cancelaron los contratos. Curiosamente, la paralización del proyecto coincidió con las elecciones parlamentarias venezolanas en las que resultó ganadora la oposición.

Hablamos con el principal denunciante

En una entrevista telefónica, Edgar Jiménez P. aseguró que todo el proceso que vivió desde el inicio del proyecto hasta el presente, lo han convencido que el proyecto fue hecho para lavar dinero y cometer una estafa de talla internacional.

Jímenez nos contó que el empresario chavista Wilmer Ruperti entró a la trama cinematográfica desde el comienzo “en calidad de financista del proyecto, debido a su relación sentimental con la actriz y productora ejecutiva del largometraje, Ruddy Rodríguez. Esa relación data desde 2014”.

Según Jiménez, al momento de iniciarse el proyecto contaban con un presupuesto de 20 millones de dólares que fueron dilapidados en lujos y gastos innecesarios. Cuenta que el presupuesto se agotó en la etapa de Preproducción, es decir, sin haberse iniciado el trabajo de Filmación.

Dice que Ruperti accedió a dar la inyección de otros 20 millones de dólares que se oficializaron en marzo del 2015, en una fastuosa celebración de cumpleaños de Ruddy Rodríguez que tuvo lugar en Los Ángeles “en una casa que alquiló Ruperti para Ruddy, y donde se intentó arrancar con la realización del largometraje”.

Explica Jiménez que el dinero fue colocado en los sistemas financieros que Edgard Meinhardt ha usado por años lavar dinero. Para ese momento, se rehizo el guión pero de pronto “inventaron nuevos detalles que hicieron el proyecto inviable por lo costoso del mismo”. Así se propuso que se usaran escenarios en República Dominicana, Venezuela y con un equipo de cineastas y personal de la industria del cine de primer nivel de Estados Unidos, México y Venezuela.

Asegura que se gastó dinero innecesariamente en muñecos robóticos, en el alquiler de tres estudios y oficinas en República Dominicana (cada uno costaba a la semana más $160 Mil), alquiler de aviones, fletes a Shanghái en China, Canaima en Venezuela, Los Ángeles, etc. Finalmente, de manera inexplicable enviaron a todo el equipo de producción de vacaciones, privilegio que no ofrece ninguna productora, con la promesa de regresar en enero del 2016, cosa que tampoco ocurrió. Lo peor del asunto es no pagaron al personal, aludiendo que “se habían quedado sin dinero porque los nuevos inversionistas no entraron”.

Los datos

Uno de los aspectos que llamó más la atención de Jiménez fue la decisión de Wilmer Ruperti de alquilar una casa en Los Ángeles y mover el equipo de la producción a California sin necesidad alguna. “Era para engatusarnos a todos”. Entre derroches de todo tipo, se gastó la totalidad del presupuesto de ese año.

Rodríguez y sus socios pidieron al empresario chavista una nueva re-inyección de capital para finales de 2015. En aquel momento, Ruperti habría ofrecido invertir otros 24 millones de dólares que según sus cálculos recibiría en diciembre de ese año, pero por alguna razón nunca los entregó”.

Cuenta el denunciante que cuando se agotó el presupuesto, Ruperti habría presionado para que se realizara una auditoria, que de hecho se hizo y arrojó resultados negativos. “El empresario se encontró entonces en una encrucijada, ya que si bien no quería poner más dinero para una producción que daba pérdidas, también tenía presiones por su relación sentimental con Rodríguez”, dice Jiménez.

Entre otros aspectos que llamaron la atención de Jiménez fueron los repetidos comentarios del asistente de la actriz, Kenny Castillo Rodríguez “Muchas veces dijo tener (ellos “R92 Films”) una relación muy estrecha con los sobrinos de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores”.

Afirma además que la afamada actriz venezolana sostiene frecuente comunicación con Flores, y que a ambas mujeres gozan de una buena amistad.

Otros demandantes salen a la palestra

Otra de las personas que ha denunciado a Rodríguez y sus asociados es Eliza Coromoto Zambrano, quien se dedica al negocio de servicios de catering y quien a través de Instagram y Facebook narró parte del calvario por el cual atraviesa luego de casi un año de no recibir el pago por su trabajo. “Si alguien tiene contacto con esta señora Ruddy Rodríguez, por favor díganle que me pague lo que me debe, no estoy cobrando nada que no sea mío, estafó y engañó a la gente de Canaima y dejó a todo el mundo en espera… Pura cara bonita” .

La bancarrota para muchos

Fueron muchos los correos enviados desde las vacaciones navideñas colectivas de diciembre de 2015 hasta mediados de 2016. Nadie recibió los pagos ni tampoco explicación de lo que estaba ocurriendo, dice Jiménez.

El 6 de junio de 2016, el denunciante tuvo un accidente en República Dominicana. La productora no tenía seguro médico, por lo que tuvo que ser atendido en un hospital público donde no había insumos.

-”Mis amigos lograron reunir donaciones por el orden de los $4 mil dólares para comprar las medicinas y otras cosas que se requerían para mi operación. Aprovechando la convocatoria de mis amistades, Ruddy Rodríguez solo donó $500 dólares y desapareció, desembarazándose de cargar con los gastos de traslado a una clínica privada. De haber tenido el seguro médico al día, como era la responsabilidad de R92 Films para con todos sus contratados, esto no hubiese ocurrido.”, lamentó.

Hasta hoy Jiménez permanece en República Dominicana, toda vez que tuvo que buscar trabajo alternativo para mantenerse. El destacado realizador ha terminado viviendo en un ancianato regentado por una monjas de la Sociedad Benéfica Española que lo han estado ayudando gracias a que Jiménez posee el pasaporte europeo.

Sobornos a militares acusados por la DEA

En la misiva publicada en Facebook, Edgar Jiménez hace un señalamiento crucial, al precisar que la productora R92 recibió y dio sobornos por parte de militares venezolanos que han sido señalados por la DEA y el Congreso de los Estados Unidos de estar incursos en narcotráfico y lavado de dinero. Sin mencionar a los efectivos, asegura que muchos detalles de este tipo lo llevan a deducir que la razón de todo el despilfarro que observó durante el desarrollo del proyecto fallido fue la legitimación de capitales ilícitos.

En la carta dice: “Donde todo se pone peor es en las relaciones con el gobierno venezolano y la cantidad de sobornos y favores que R92 dio y recibió de parte de importantes cabezas del estamento militar y gobierno de Venezuela. Algunos de estos militares están señalados por la DEA y por el Congreso de Estados Unidos por estar implicados en narcotráfico y lavado de dinero, lo que hace pensar a mas de uno que todo tenga más sentido en cuanto a suponer que el gran derroche y despilfarro no tuviese otro objetivo que el lavado de dinero”.

Dice además que la decisión de la productora R92 de “no pagar y estafar a todo el equipo, de inflar un proyecto de tal envergadura, duplicar gastos habría permitido lavar el 60% del capital, lo cual es ya ganancia para quien pretende legitimar capitales, incluso más con los fabulosos incentivos fiscales que el gobierno de República Dominicana da a través de la reciente ley de cine”.

Con la quiebra de la producción, los estudios cerraron todo acceso a los mismos y los equipos de trabajo del denunciante se quedaron confiscados junto con el resto de R92 Films.

En la conversación telefónica, Jiménez admitió que Ruperti “ha tratado de negociar con el estudio para que reabrierán la producción sin éxito”. Asegura haber visto al empresario chavista “en repetidas ocasiones caminando en los estudios con Ruddy Rodríguez atendiendo reuniones con los abogados”.

Una reacción tardía

Cabe destacar que los trabajadores de “El vuelo del turpial” tardaron mucho tiempo en hacer pública sus denuncias, primero, por creer en un proyecto que se dibujaba como una gran producción del cine venezolano que resaltaba el mundo indígena de los pemones en Canaima, y segundo, por respeto a la figura y trayectoria de Ruddy Rodríguez, quien junto a sus socios les formuló múltiples promesas de pago que nunca llegó a cumplir, dijo Jiménez.

Los trabajadores recibieron correo tras correo en los que, una y otra vez, les anunciaban supuestas fechas de pago que nunca llegaron a concretarse. Luego todos los socios desaparecieron del mapa y no respondieron nunca más los reclamos de pago.

Las mentiras de Gazarian

Otro aspecto criticado por Jiménez es la conducta del director de Cine, Haik Gazarian. “Con el objeto de ganar simpatías y atraer capitales se presentaba como socio-propietario de la empresa Flying Cam (líder en manejo de cámaras de cine a través de drones) y como ganador de un Oscar de la Academia por desempeño técnico”. Para comprobar las aseveraciones públicas de Gazarian, Jiménez dirigió unas comunicaciones a Emanuel Previnaire, fundador y CEO de Flying-Cam Group para consultar si esta compañía se responsabilizaría por la deuda de más de 850 mil dólares que Gazarian mantiene con él.

En la carta se lee: “Me comunico formalmente con Ud. porque estamos buscando al Sr. Haik Gazarian, por robo, fraude y delincuencia por lavado de dinero y narcotráfico, todas estas acciones relacionadas con el desastre de la producción cinematográfica ‛El Vuelo del Turpial’, en la que él y su socia Ruddy Rodríguez han engañado a cientos de personas y empresas de 5 países diferentes, China, Estados Unidos, España, Alemania, Venezuela, México y la República Dominicana”.

La respuesta de Previnaire fue negar tajantemente tal sociedad. “El Sr. Haik Gazarian no es y nunca fue dueño de FLYING-CAM, él no es y nunca fue accionista o miembro del consejo. No tiene ningún premio de la Academia”.

La punta del iceberg

Comenta Jiménez que si bien al principio era todo un misterio los nombres de los inversionistas, muchos tenían información que el gobierno venezolano habría puesto un monto el dinero inicial para el proyecto, así como otros empresarios de nacionalidad dominicana, estadounidense y venezolana.

El denunciante fue la primera persona contratada por la productora y desde el principio supo que otra parte del capital inicial fue puesto por Ruperti.

Luego de evaluar los hechos y las circunstancias y de haber hecho una investigación preliminar, Jiménez cree que en definitiva detrás de todo este proyecto se oculta un conglomerado de manejos turbios que tienen por objeto la legitimación de capitales de oscura procedencia, corrupción o malversación.

La figuración de Edgard Meinhardt dentro del proyecto de “El vuelo del turpial” hace suponer un manejo especulativo de los fondos obtenidos para la realización, toda vez que en 1993 se determinó que los aportes que obtuvo para la filmación de “Bolívar: The Liberator”, los usó para hacer operaciones irregulares en la Comisión Nacional de Valores, por lo que algunos creen que la producción del film se habría quedado sin dinero a raíz de manejos especulativos llevados a cabo en casas de bolsa. Sin embargo de esto no hay pruebas y no son más que especulaciones que no han podido comprobarse.

Ruddy chavista

No en pocas ocasiones a la actriz se la ha vinculado al chavismo, de hecho, una de sus tiendas de cosméticos mantenía hasta el año pasado, un espacio en el reservado Instituto de Previsión Social de las Fuerzas Armadas (Ipsfa), un privilegio con el que pocos pueden contar en Venezuela, a no ser que mantenga afinidades con el oficialismo y la cúpula militar.

De Ruddy Rodríguez, incluso, se llegó a decir en 2010 que mantenía una relación sentimental con Hugo Chávez. Pero la actriz se ha encargado de negar de manera reiterada esta versión. De hecho, Rodríguez ha dicho que vió al fallecido mandatario en tres oportunidades, luego de esperar meses para una cita y cumpliendo con los protocolos que exigen este tipo de personalidades.

La relación Ruperti-Rodríguez

Edgar Jiménez da como un hecho la relación sentimental entre la actriz y el empresario, asegurando que los vio juntos a lo largo del trabajo de preproducción del cortometraje. Rodríguez niega rotundamente que sostenga una romance con Ruperti y en entrevistas televisadas ha dicho -inclusive- que está en la búsqueda de un amor.

Otros aseguran que la relación sí existe

Una fotografía publicada en la cuenta en la red social Instagram de Ruddy Rodríguez en la que aparece con Ruperti, llevó al periodista de farándula, Fabrico Yarica, del semanario Las verdades de Miguel, a insinuar que entre el contratista de Petróleos de Venezuela y propietario del Canal I y Rodríguez, podría haber una relación sentimental.

Cuando la realización de “El vuelo del turpial” se paralizó se supo la identidad del inversionista de la producción, cuando el abogado de Ruddy Rodríguez reveló a los trabajadores que un reconocido empresario vinculado al oficialismo era quien financiaba con el Gobierno venezolano era el que financiaba el proyecto.

El abogado y exfiscal, Abelardo Izaguirre, fue más allá y aparte de dar por sentada la relación amorosa entre Ruperti y Rodríguez, refiere que el monto gastado el producción de “El vuelo del Turpial” hasta el momento en que se paralizó, coincide con la cantidad pagada por el empresario para la defensa de los narcosobrinos: 25 millones de dólares .

“La peliculita esta que costó yo no se cuánto y que era donde lavaban el dinero acá, alquilaron el Hollywood, fueron a la Base Aérea, tenemos todo eso grabado, se montaron en los Sukhoi, salen los generales con la actriz, la película que era de dinosaurios, se llamaba El vuelo del turpial”.

La denuncia hecha por Jiménez pretende llegar a otros niveles, -inclusive- sostiene que los hechos y algunas evidencias demuestran que una producción planteada en los términos en que se inició, El Vuelo del Turpial, luce como una operación es para lavar dinero que debe ser investigada por las autoridades de los Estados Unidos y de los otros países involucrados.

El denunciante dice que si bien su caso es el más grave, motivado a que tuvo un accidente que le impide movilizarse, lo que lo ha obligado a denunciar la estafa y las vinculaciones de R92 Films y sus directivos con el lavado de dinero, no puede dejarse de lado que hay cientos de personas y empresas en su misma situación, como son los acreedores desde China, Alemania, México, Estados Unidos, República Dominicana, Colombia y Venezuela que no han recibido respuesta a sus solicitudes de pago de los acuerdos contraídos por su participación en la super producción.

Extorsión para que se retracte

Jiménez además de estar limitado físicamente asegura que es objeto de extorsión por parte de personas ligadas al Servicio Bolivariano de Inteligencia Sebin, que lo quieren obligar a retractarse de las denuncias para poder negociar el pago de las deudas.

Jiménez asegura que no lo hará y que seguirá llevando el caso a otras instancias hasta que logre el objetivo que los estafadores cumplan sus obligaciones acordadas en documentos legales firmados y autenticados.

Ruddy Rodríguez niega la estafa

Intentamos comunicarnos con la actriz por su correo electrónico y hasta el cierre de esta nota no logramos recibir respuesta a un cuestionario que le enviamos.

No obstante, Rodríguez se refirió a la denuncia de la estafa durante una entrevista ofrecida en el programa Sábado en la Noche por Globovisión en marzo de 2017. En la conversación, negó que hubiese una supuesta “estafa” con productores de la película “El Vuelo del Turpial” y aseguró que se ha generado una “campaña de desprestigio” en su contra, y que legalmente, no tiene ninguna deuda pendiente. Ver la entrevista aquí.

“Ruddy Rodríguez no le debe nada a nadie (…) eso está en mano de los abogados, yo no puedo hablar por recomendaciones de los abogados (…) Yo sé que están molestos, yo estoy molesta, pero póngase en el lugar, cómo te sentirías si te tergiversan totalmente. Quieren dar algo que no es”, aseveró la actriz.

Aseguró que el proyecto está detenido pero que es tan “luchadora” que logrará completar el rodaje. “Ahorita estamos parados, pero yo que soy tan luchadora y tan guerrera, que yo hago la película porque la hago, además, la idea siempre ha sido agarrar el talento humano venezolano, exportarlo y poner a Venezuela en un sitial cinematográfico donde se merece, y lo vamos a hacer”, enfatizó.

Mientras las demandas transcurren entre varios escritorios jurídicos de los países involucrados, el bufete Peñaloza y Asociados de Venezuela envió un documento al denunciante para que lo firmara. Jiménez se negó hacerlo. Lejos de dejar las cosas en el olvido, ahora busca llevar la denuncias a los fiscales federales estadounidenses para que revisen las evidencias y evalúen si las leyes federales estadounidenses se violaron en este caso.

Aunque nunca llegó a rodarse un solo minuto de El vuelo del Turpial, aún queda por ver cuál será el desenlace de esta truculenta trama en la que figura como protagonista quien durante muchos años se presentó como la “Niña Bonita” de la televisión venezolana.

PD:
Antes de la publicación de esta nota buscamos la opinión de las partes involucradas. Así, enviamos cuestionarios al empresario Wilmer Ruperti a la dirección electrónica que promociona en su cuenta Twitter ubicada en España, a las direcciones de email personales de la actriz, Ruddy Rodríguez, Haik Gazarian y a Edgard Meinhardt. También consultados a otros afectados, algunos de los cuales dijeron sentir temor de hacer públicas sus denuncias motivado a que han sido amenazados y actualmente viven en Venezuela. Hasta este momento no recibimos respuesta a ninguno de los cuestionarios enviados para complementar esta nota.

Si algunos de los involucrados desea que su opinión se anexe a la nota o quiere ejercer su derecho a réplica, les ruego enviar sus comentarios a la dirección de correo electrónico vinculada a este blog y los mismos se publicarán de inmediato.

Maibort Petit

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