Con 679 millones de dólares recaudados en Estados Unidos desde el último fin de semana de mayo, Top Gun: Maverick batió todos los récords de la taquilla local.
La impresionante Top Gun: Maverick empezó como un intento por conmemorar una película de los 80s olvidada por muchos pero se ha convertido en un fenómeno mundial. A esta altura es el largometraje más exitoso del año, la más vista en cines desde el año pasado y esta semana superó a la ultra-taquillera Avengers: Infinity War y se ubica como la sexta película que más plata recaudó en la historia.
La entrega de Marvel del 2018 contó con el debut de Thanos, el super-villano del MCU que estuvo una década siendo anticipado en las escenas pos-creditos de otras películas, y ese año se convirtió en una de las más recaudadoras de la historia, con US$ 2.000 millones a nivel mundial, de los cuales US$ 678 millones fueron vendidos en Estados Unidos.
La secuela del clásico ochentero recaudó US$ 1.400 millones a nivel mundial (menos que Avengers dado que no se estrenó ni en Rusia ni en China, dos mercados masivos), pero rompió el récord con US$ 679 millones de ellos siendo vendidos en Estados Unidos, superando al mega-estreno de Marvel.
El éxito ya se vislumbraba cuando hizo más de 160 millones de dólares en el día de su estreno el Memorial Day. Desde ese 29 de mayo hasta la fecha ya se ubica como la 12ava película más exitosa de la historia a nivel mundial, y la 6ta más exitosa en la taquilla estadounidense.
Ha superado también a entregas como Titanic, Jurassic World y la película original de Avengers del 2012. También superó a otras bombas del cine, como The Dark Knight (2008), la visión de Nolan del choque entre Batman y Joker; Hunger Games (2012), la recreación cinematográfica de una de las series de libros de ciencia ficción más exitosos de la historia y Star Wars Episodio 8 (2017) y Episodio 9 (2019), las pésimas películas que completaron la trilogía de Disney.
La espectacular obra de Joseph Kosinski y Tom Cruise, que recupera los valores más importantes de la cultura norteamericana, algo que no se veía en el cine tal vez en décadas, tiene opciones de desbancar del quinto lugar del ranking histórico local en las próximas semanas a otro taquillazo de Marvel, Black Panther (2018), que logró US$ 700 millones en Estados Unidos, pero que ya no está más en los cines ni en venta de DVD/Blu-Ray, ya que fue sumada a Disney+ y su contribución marginal a una suscripción es casi imposible de determinar.
Más lejos se encuentran Avatar (cuarta con US$ 760 millones), Spider-Man: No Way Home (tercera con US$ 804 millones), Avengers: Endgame (858 millones) y primera Star Wars: Force Awakens (US$ 936 millones).
Lo que hay que tener en cuenta es que excepto Avatar, todas las otras se respaldaron en larguísimas sagas de películas previas. Endgame fue la culminación de una historia cinematográfica de 10 años, la de Spider-Man unió tres generación de cinéfilos y siete películas previas, y el Episodio 7 de Star Wars marcó el regreso después de 20 años de la saga del cine más exitosa de la historia. Incluso Avatar recaudó tanto porque fue la primera película hecha especialmente con tecnología 3D.
En cambio, Top Gun solo se basó en una película que estaba prácticamente olvidada en el tiempo, y su estrella número uno venía de fracasar en el lanzamiento de una nueva película de La Momia, por lo que ciertamente hubo otro componente que influyó en su éxito masivo.
El público norteamericano estaba esperando una película así: una entrega de acción y emoción con nulo contenido progresista que se centre más en contrar una historia con una temática clara en vez de impartir un mensaje ideológico.
La película es un ejemplo a seguir de cómo relanzar una franquicia. A diferencia de películas como Star Wars VIII: The Last Jedi o series como Star Trek: Picard, en ningún momento Top Gun Maverick trata de “deconstruir” al mítico personaje que interpreta Tom Cruise.
Por el contrario, durante toda la película la temática que predomina es que lo viejo todavía vale. Durante toda la película, el personaje de Maverick trata de demostrar que lo nuevo no es intrínsicamente mejor solo por ser nuevo, y desafía a la Marina que quiere retirar a los pilotos para llenar la flota de drones, desafía a los nuevos pilotos de Top Gun demostrando que, aunque ya esté cerca de su retiro, la vieja escuela todavía no ha sido superada, y al final, desafía a los nuevos aviones de última tecnología con un caza de la década del ’80 que apenas vuela.
En muchos aspectos, Top Gun: Maverick se siente como un producto de los años 80, que se logró colar en la nueva era del cine para recordarle a la audiencia que a pesar de los efectos especiales, los nuevos valores progresistas de Hollywood y la modernidad, todavía nadie ha podido superar la era dorada del cine. Y por eso su éxito ha sido tan impresionante.
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