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Tim Holt, Siemens Energy: “Latinoamérica podría producir 100% de energía verde en 15 a 20 años”

La firma de origen germano apuesta por las energías renovables en el continente americano, con un énfasis en hidrógeno y generación eólica, donde tiene sus mayores inversiones. Pero este liderazgo solo se concretará si existen políticas adecuadas de integración energética y financiamiento acorde a las necesidades de la región

América Latina como región tiene el potencial para convertirse en líder mundial en energías verdes.

Así lo expresaron analistas del sector, que ven al continente como un jugador clave para la producción de hidrógeno verde con miras a la exportación en el Latin America Energy Week 2022, organizado por Siemens Energy.

Siemens Energy AG es la empresa de energía formada por la escisión de la antigua división Gas and Power del Grupo Siemens, creado hace dos años, para abordar toda la cadena de valor del negocio energético, desde la generación y transmisión de energía hasta el almacenamiento. La firma hoy emplea a más de 91.000 personas en todo el mundo en más de 90 países y generó ingresos de alrededor de € 28.500 millones (US$ 29.853 millones) en el año fiscal 2021.

Esta división trabaja con tecnologías energéticas convencionales y renovables, como turbinas de gas y eólicas, además de centrales eléctricas híbridas operadas con hidrógeno, generadores, soluciones de acceso a la red de alta tensión y transformadores, además de una serie de innovaciones en materia de transmisión y de acumuladores de energía.

Durante tres días, el evento abordó temas como la nueva geopolítica energética, el cambio climático y la transición energética, la financiación para proyectos sostenibles, el potencial del hidrógeno verde, el impacto social y la innovación como palancas de crecimiento.

En general, aunque tiene proyectos en todo el globo, las apuestas de Siemens Energy van por el continente, especialmente en energías renovables no convencionales o energías limpias -donde se incluye a los denominados combustibles sintéticos, un tipo de carburante sin emisiones que se fabrica a partir de CO2 (dióxido de carbono) e hidrógeno verde como únicas materias primas- aunque la firma ha declarado que el paso de un tipo de matriz a otro tomará tiempo y que combustibles como en gas licuado y gas natural seguirán en la ecuación por un buen tiempo más.

En particular, mientras se avanza en la solución de problemas relacionados con el almacenamiento de las energías producidas con fuentes no convencionales.

Tim Holt, miembro de la junta directiva de Siemens Energy (SE), resaltó en el evento la importancia de la tecnología para lograr una transición energética eficiente, y de esta forma buscar soluciones que permitan brindar confiabilidad en la generación renovable, pues la energía es intermitente, y se hace necesario controlar las fluctuaciones. Igualmente, destacó la relevancia de la interconectividad para “alcanzar más jugadores en la mesa, lo que dará una perspectiva más amplia, pues América Latina tiene una gran cantidad de recursos y hay gran cantidad de proyectos para lograr la conectividad y poder continuar al siguiente paso”.

El experto añadió que, de lograrse la interconexión regional, América Latina se convertirá en un polo de generación energética muy importante a nivel mundial.

Consultado por AméricaEconomía, Holt detalló el grado de avance de algunos de los proyectos de energías limpias o no convencionales que desarrollan en el continente.

“En hidrógeno, tenemos dos proyectos en la última fase de construcción, Braskem en Brasil y Haru Oni, en Chile. Estamos bastante seguros de que la próxima será en Colombia, pero en general en distintas etapas, creo que son probablemente más de treinta proyectos en el continente con esas características”, explicó.

La planta de São Paulo es una instalación de cogeneración de US$ 118 millones para la mayor petroquímica de Latinoamérica, que funcionará con gas residual y altas concentraciones de hidrógeno, con la que la firma espera realizar una importante reducción en el uso de energía. Una vez lista, Siemens Energy operará esta planta bajo un contrato de largo plazo. En tanto que el proyecto en Chile será la primera planta completamente integrada que produce combustible neutro o sintético proveniente de hidrógeno.

“La meta es usar los fuertes vientos de la zona de Magallanes, en la Patagonia, para generar el combustible a bajo costo. Chile tiene el potencial para la producción, exportación y uso local de hidrógeno”, dijo al respecto la compañía.

Pero Siemens Energy también está postulando para construir una planta de 20 MW de electrólisis en Cartagena, para la estatal Ecopetrol. “El proyecto allá está progresando muy bien. Creo que la decisión de la adjudicación será a fines de este mes, y cobra relevancia porque será uno de los mayores electrolizadores de hidrógeno de la región –hoy el mayor está en Dinamarca, con 50 MW de capacidad– y, una vez que se concrete, Colombia estará a la cabeza [dentro de la región]”, detalla Holt.

Para el ejecutivo tiene el doble atractivo de que el 50% de lo que se produzca será usado en la refinería y el otro 50% en distintos proyectos. “Pero, además, se vuelve atractivo en términos de financiamiento para bancos y entidades privadas, tanto para equity como para deuda, y que es algo en que la gente querrá invertir, porque saben que es un proyecto comercialmente viable”, recalca.

En la planta Haru Oni, “la meta es usar los fuertes vientos de la zona de Magallanes, en la Patagonia, para generar el combustible a bajo costo. Chile tiene el potencial para la producción, exportación y uso local de hidrógeno”, afirma Holt. | Siemens Energy

INDEPENDENCIA ENERGÉTICA

Siemens Energy ha dicho públicamente que América Latina ofrece enormes oportunidades para la producción de energías limpias, y necesita trabajar de forma urgente en fortalecer la industria, especialmente para lograr aprovechar los excedentes de energía que se producirán con la generación de los proyectos eólicos y solares.

Desde la perspectiva del ejecutivo de Siemens Energy, Tim Holt, América Latina es muy relevante para esa área de la compañía: tiene presencia en 13 países de Latinoamérica, cuenta con casi 5.000 trabajadores y el 58% de sus sistemas energéticos se basan en tecnologías de energías renovables o relacionadas. Por otra parte, la meta para el 2030 en 15 países de Latinoamérica es tener el 70% de sus matrices energéticas funcionando con energías renovables.

Además, uno de los principales retos, adicional a definir una regulación para todos los países, será lograr que la red de operadores tenga una buena flexibilidad para integrar diferentes tecnologías, que permitan el trabajo conjunto.

En ese panorama, el hidrógeno verde tomará cada vez mayor relevancia para descarbonizar las matrices de las naciones, porque existe la tecnología y porque si avanza en abaratar sus costos, puede convertirse en un gran aliado para la transición energética, con claras oportunidades para que América Latina se posicione como una potencia mundial en su exportación.

Por ejemplo, Siemens ha declarado que desde Chile buscan generar 550 millones de litros de biocombustible para el mercado europeo. “Europa no puede producir suficiente hidrógeno verde por sí sola. Lo que vemos en Colombia y Chile, en términos de usar su abundancia de energías renovables, es que se pueden usar para generar hidrógeno o combustibles sintéticos y exportarlos allá. Y estamos presenciando cómo eso se acelera, con Colombia y Chile emitiendo sus planes de desarrollo, o roadmaps de hidrógeno, y con Argentina y Brasil también elaborando lo suyos…y creo que eso va a poner a Latinoamérica en el mapa, en el sentido de que será un actor importante en hidrógeno verde”, sentencia el ejecutivo.

De todos modos, Holt reconoce que la duda es la línea de tiempo en que todo esto ocurrirá, porque hoy los combustibles limpios resultan entre seis y ocho veces más caros que los tradicionales.

“Y tienes que considerar el precio para hacerlo atractivo […]. Pero veo el potencial comercial, especialmente en Chile y Colombia, en conjunto con algunos subsidios del gobierno alemán para poder desarrollar una industria”, agrega.

En general su visión es que la capacidad y tecnologías están ahí, pero que el punto es cuánto tiempo tomará. “Mira la Patagonia, está el viento, el sol, la energía hídrica. En términos de potencial están todos los ingredientes”, asegura Holt.

“El desafío es que el viento no siempre está soplando y el sol no está constantemente alumbrando. Hasta el sector hidro es inestable, debido a las sequías que trae el cambio climático. Entonces se requieren dos cosas para que funcione 100%: la construcción de una red de transmisión que conecte a la distintas fuentes que existen, no solo en un país, sino que entre varios países. Y la segunda es ¿cómo se almacena esa energía?”, destaca el ejecutivo de Siemens Energy.

La compañía hoy tiene grandes apuestas hechas en la región. Con plantas de electrólisis para hidrógeno verde, y proyectos de turbinas eólicas en tierra y mar. “Somos muy activos en energía eólica. Poseemos el 67% de Siemens Gamesa –hoy la firma pasa por un proceso de compra de acciones para quedarse con el 100% de esa filiar española- que es la productora de las aspas empleadas en las turbinas, y tenemos un número de proyectos en la región predominantemente en Brasil y en México, donde el nuevo enfoque ha pausado las cosas, y también en Colombia”, detalla Holt.

De ahí su confianza cuando estima que “Latinoamérica podría producir el 100% de energía verde en 15 a 20 años más, cuando llegue a toda la región”, asevera a AméricaEconomía.

«Se requieren dos cosas para que [la energía verde] funcione 100%: la construcción de una red de transmisión que conecte a la distintas fuentes que existen, no solo en un país, sino que entre varios países. Y la segunda es ¿cómo se almacena esa energía?”, destaca el ejecutivo de Siemens Energy.

ALTOS Y BAJOS DE LA TRANSICIÓN

Pero, aunque el potencial energético existe, como todo suele ser más fácil proyectarlo que ejecutarlo.

Si, por una parte, hay oportunidades en América especialmente por los altos precios del petróleo global que ha generado la invasión a Ucrania, también debe navegar por la incertidumbre de las elecciones en Colombia o los cambios de políticas energéticas en Argentina y México. Todos actores relevantes dentro del continente.

“El desafío con los proyectos siempre está en el despegue. En el caso del hidrógeno, a menos que tengas una producción masiva que pueda subir a un barco para exportar es difícil llegar a la fase comercial. Creo que, en Argentina, dependerá de qué plan desarrollen y cómo se percibe el país en términos de si quiere ser un actor o exportador de hidrógeno verde”, sopesa Holt.

En el caso de México, para el ejecutivo es claro que, junto a las renovables, el gas natural seguirá siendo importante.

“Pasar de carbón a GNC […] es un buen primer paso que ayudará a reducir emisiones de CO2 de forma significativa y también asegurará un suministro estable de energía. Pero siempre hay tres partes en esta ecuación: reducir costos, reducir emisiones y seguridad de suministro, pero no estoy seguro de cómo será la política energética en el largo plazo”, advierte, añadiendo que no se podrá ver un cambio significativo hasta unos seis a ocho años en el futuro.

Respecto de las elecciones Colombia, el ejecutivo reconoce que en aquellas compañías cercanas al Estado se verían cambios.

“Especialmente cuando has tenido relaciones a lo largo del tiempo, siempre hay incertidumbre en términos de cuánto afecta la continuidad”. ¿Cambiará eso su política energética?… “Estas son inversiones grandes, proyectos múltiples, que toman bastante tiempo en planificarse y ejecutarse, y si cambias la política energética, es la principal incerteza…en negocios nos gusta la continuidad […] pero siempre se enlentece un poco”, prevé el ejecutivo de Siemens Energy.

Pero a continuación recuerda que la historia de la firma se remonta a 150 años en el continente, de forma que no les es ajeno navegar en la incertidumbre política.

“Discutimos con los gobiernos cómo podemos expandirnos más rápido [en energías limpias] y cómo podemos construir líneas de transmisión, porque no se trata solo de producir, también hay que transportar de un punto A al punto B. Esa es otra gran tarea que debe hacerse”, recalca.

Y es que hoy no es solo esa incertidumbre geopolítica local la que afecta al continente, sino que abarca las sanciones al petróleo de Rusia, las tarifas a los paneles solares de China y la dependencia que tienen muchos países respecto de ellos.

“En general, independientemente de los sistemas políticos, no creo que el impulso de la transición energética se haya detenido o se esté volviendo más lento. Todos van en la misma dirección, gobiernos e industria y sector privado, porque han comprendido que compiten en una premisa global donde la descarbonización es fundamental para su estrategia de negocio y quieren liderarla, independiente de las condiciones políticas”, concluye Tim Holt.

 

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