La alarmante desaceleración del mercado laboral podría ser un signo indicativo para una próxima recesión. La economía estadounidense sólo creció la mitad de lo que estaba previsto para el primer trimestre del año, y debe lidiar con una crisis bancaria y fiscal.
El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos confirma que un total de 264.000 personas solicitaron el beneficio legal por el seguro de desocupación para la semana que finalizó el 6 de mayo, aumentando drásticamente en 22.000 solicitudes con respecto a la semana anterior.
El dato efectivamente observado superó todos los pronósticos de los mercados, que esperaban como mucho alcanzar las 242.000 solicitudes en las perspectivas más pesimistas. Esta variable funciona como un indicador que anticipa el aumento de la tasa de desocupación con un elevado nivel de certeza, y alcanzó el nivel más importante desde octubre del año 2021.
Asimismo, la cantidad de personas que cada semana solicitan un seguro por desocupación creció en más de 80.000 con respecto a las mediciones de la última semana de octubre del año pasado. Nuevamente, a partir de la segunda semana de enero de 2023 se observa una fuerte aceleración de las solicitudes que persiste hasta la actualidad.
Por otra parte, desde el punto de vista de las empresas las ofertas de trabajo en el mercado laboral cayeron al nivel más bajo de los últimos dos años. De hecho, las vacantes laborales retrocedieron hasta un 23% entre julio de 2022 y marzo de 2023.
Se debe tener en cuenta que si bien la tasa de desocupación retornó a los niveles que tenía antes de la pandemia, no ocurrió lo mismo con la propia tasa de ocupación. La cantidad de personas trabajando en relación a la población fue del 60,4% al término de abril, todavía por debajo del 61,1% observado en febrero de 2020 (el último mes antes de la pandemia).
A la par de la fuerte desaceleración del mercado laboral, la expansión del PBI en el primer trimestre de 2023 mostró un alza de solo el 1,1% con respecto al período precedente, cuando en realidad se esperaba un crecimiento del 2,3% (el doble de lo que efectivamente ocurrió). Las previsiones de IHS Markit sugieren que el PBI sólo crecerá un 0,2% en el segundo trimestre, y para el tercero podría comenzar a observarse una recesión.
Muchos analistas consideran que la próxima recesión que podría azotar a los Estados Unidos es una de las más “anticipadas de la historia”. Las estimaciones publicadas por los economistas de la Reserva Federal (FED) asigna una probabilidad de recesión que ya se acerca al 45%.
La economía se enfrenta a dos crisis en conjunto: la incipiente corrida contra el sistema bancario y la crisis fiscal sobre las finanzas públicas. El colapso del Silicon Valley generó un efecto contagio sobre otros gigantes como el Signature Bank y el First Republic, así como una fuerte corrida contra los principales bancos regionales del país. Todo esto involucra un costo fiscal importante para el seguro de depósitos federal.
Por otra parte, la política fiscal irresponsable del presidente Joe Biden condujo a un brutal incremento del déficit fiscal desde agosto del año pasado, principalmente explicado por el rescate de préstamos estudiantiles. El déficit anual se acerca a los US$ 2 billones y el oficialismo se ve obligado a negociar con la oposición para aumentar el techo legal de la deuda pública.
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