Salud

¿Qué son los supresores de apetito y cómo funcionan?

Un supresor de apetito es un medicamento recetado que actúa sobre el cerebro. Lo que hace es inhibir la sensación de apetito, de modo que se siente menos hambre y, por lo tanto, se ingieren menos alimentos. Esto contribuye a que se pierda peso.

Lo indicado es combinar un supresor de apetito con una dieta saludable y actividad física regular para lograr una baja de peso sostenible. Sin embargo, este tipo de medicamentos también provoca importantes efectos secundarios en algunas personas e, incluso, algunos pueden poner en riesgo la vida.

Lo recomendable es acudir a un supresor de apetito solo bajo consejo médico. Hay que anotar que no existen suficientes evidencias sobre la eficacia de este tipo de medicamentos. Asimismo, están contraindicados para algunas personas, como lo veremos más adelante.

¿Cómo es su mecanismo?

Mujer con falta de apetito

Algunas personas tienen sensación de hambre, incluso cuando el cuerpo no necesita de calorías adicionales. Esto les dificulta el objetivo de perder peso. Con un supresor de apetito se producen cambios químicos y hormonales que ayudan al cuerpo a sentirse saciado.

Un supresor de apetito actúa de tres posibles formas:

  • Bloqueo de la sensación de hambre. En este caso el supresor de apetito actúa sobre la glándula suprarrenal. Esto evita que el cerebro emita las señales de hambre al resto del cuerpo.
  • Llenado de estómago. Se logra con una pastilla llena de fibra. Esta, a su vez, llena el espacio del estómago y hace que se sienta saciedad de manera más rápida.
  • Incremento de serotonina. El fármaco estimula la producción de serotonina. Esta hormona hace que una persona se sienta de mejor estado de ánimo y regula el apetito. El resultado es que se come menos.

Consideraciones antes de tomar un supresor de apetito

El uso de un supresor de apetito siempre debe ser discutido con el médico, incluso si es de venta libre. Hay condiciones de salud que hacen peligroso el uso de estos fármacos. En general, no son recomendables para personas con hipertensión, hipertiroidismo, enfermedad renal, diabetes, glaucoma y problemas emotivos.

Asimismo, se deben tomar en consideración las siguientes advertencias:

  • Estos medicamentos pueden generar dependencia.
  • Quien ingiera un supresor de apetito debe reducir o eliminar el consumo de alcohol, ya que este potencia los posibles efectos secundarios del medicamento.
  • No son recomendables para los niños.
  • No deben ingerirlos las mujeres embarazadas o en lactancia.
  • No son convenientes para personas con epilepsia, enfermedades cardiacas o problemas de adicción.
  • Las indicaciones médicas sobre la administración del fármaco deben seguirse al pie de la letra.
  • La sobredosis de este tipo de medicamentos se considera una emergencia médica.
  • No deben ser usados por personas con trastornos alimentarios.
  • Quienes conducen u operan máquinas deben tener suma precaución si ingieren estos fármacos.

En términos generales, lo indicado es discutir con el médico los pros y los contras del uso de un supresor de apetito. Además, es fundamental tomar en cuenta todas las recomendaciones médicas al respecto.

Riesgos y efectos secundarios

La mayoría de los supresores de apetito peligrosos han sido retirados del mercado en muchos países. Sin embargo, no se puede garantizar la seguridad de los fármacos de este tipo que tienen venta libre.

Los efectos secundarios más comunes asociados con el consumo de un supresor de apetito son los siguientes:

  • Estreñimiento o diarrea.
  • Mareo, náuseas y dolor de cabeza.
  • Tos.
  • Boca seca.
  • Incremento de la presión arterial.
  • Aumento de la frecuencia cardiaca.
  • Pulso elevado.
  • Daño hepático.
  • Insomnio o dificultades para dormir.
  • Somnolencia.

Lo usual es que estos efectos sean leves y que desaparezcan con el tiempo. De todos modos, es necesario consultar con el médico si al ingerir un supresor de apetito se presenta dolor de pecho, palpitaciones, dificultad para orinar, problemas respiratorios, inflamación o cambios de humor.

Los supresores de apetito pueden tener interacciones riesgosas con otros medicamentos. En particular, con descongestionantes, fármacos contra la hipertensión y los llamados «inhibidores de la MAO».

¿Cuándo se recomienda un supresor de apetito?

control del apetito

Lo más recomendable es que solo se utilice un supresor de apetito bajo prescripción médica. Lo usual es que este tipo de fármacos solo se recomienden en caso de obesidad y dentro del marco de un plan para bajar de peso.

En general, estos medicamentos solo se formulan cuando el riesgo de la obesidad es mayor que los potenciales efectos negativos de los fármacos. Lo habitual es que solo se empleen durante un lapso corto, que casi nunca dura más de 12 semanas.

De cualquier modo, la ingestión de un supresor de apetito no tiene sentido si esto no va acompañado de una dieta sana y un programa regular de ejercicios. Cuando se adopta un estilo de vida saludable, dejan de ser necesarios estos fármacos.

¿Supresor de apetito natural?

Hay algunos productos que actúan como un supresor de apetito natural. No hay suficiente evidencia al respecto, por lo que tampoco se puede asegurar su eficacia. Sea como fuere, lo indicado es consultar con el médico antes de consumir tales sustancias.

Dentro de los supresores de apetito naturales se encuentran los siguientes:

  • El fenogreco o alholva. Se cree que las semillas de esta planta mediterránea serían un supresor de apetito natural. Puede provocar efectos secundarios o reacciones alérgicas, por lo que se sugiere mucha precaución.
  • Té verde. Más que un supresor de apetito, se cree que el té verde ayudaría a reducir el peso corporal. Sin embargo, no hay suficiente evidencia al respecto. Podría provocar daño hepático, en especial si se consumiese con el estómago vacío.
  • Garcinia cambogia. El extracto de esta planta podría ayudar a reducir el apetito, pero al respecto hay evidencias contradictorias. Puede provocar efectos secundarios y se desconoce si su uso a largo plazo es seguro.
  • Otros. No hay evidencia suficiente, pero existe la posibilidad de que otras sustancias ayuden a reducir el apetito. Dentro de ellas están la Hoodia Gordonii, el vinagre de sidra de manzana, los granos integrales y la canela.

Supresor de apetito: solo bajo prescripción  médica

No importa si se trata de un supresor de apetito farmacológico o natural: siempre se debe hablar con el médico antes de usarlo. Como lo hemos visto, en todos los casos puede haber efectos secundarios y contraindicaciones que condicionen su uso.

A veces el exceso de apetito obedece a un estrés crónico o a un sueño inadecuado. Asimismo, puede ser efecto del uso de algún medicamento o de una enfermedad. Lo ideal es adoptar un estilo de vida saludable que generará grandes beneficios con el tiempo.

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