En los últimos días se multiplicaron los allanamientos y amenazas por parte de la policía del régimen sandinista que llevaron a una nueva ola de exiliados entre los trabajadores de prensa. “Estamos haciendo periodismo de catacumbas”, describió una comunicadora
La periodista nicaragüense Abigail Hernández afirma que desde hace un par de semanas el régimen de Daniel Ortega está aplicando una política represiva de “tierra arrasada” contra el periodismo. Lo quiere desaparecer.
Hernández es directora de la plataforma Galería News y miembro de la Comisión Ejecutiva de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN). Este organismo, dice, pasó de la “alerta permanente” que mantenía desde febrero de 2021 a una situación de “alta emergencia” en estos días.
“Estamos enfrentando en los últimos 15 días una arremetida muy fuerte en temas de persecución a la prensa independiente. Hay un desplazamiento importante dentro de Nicaragua, y una nueva ola de exilio de periodistas”, señala.
El PCIN ha documentado la salida de 15 periodistas nicaragüenses por puntos ciegos de la frontera en las últimas dos semanas, pero considera que los casos son más. Una cantidad indeterminada, pero se presume que muchos, han salido de sus hogares y se han refugiado en otras casas para evitar ser capturados.
Un periodista del diario nicaragüense La Prensa, que por seguridad prefiere mantener su nombre en reserva, está entre ellos. Dice que después de una cobertura, la Policía del régimen llegó a buscarlo a su hogar con intenciones de capturarlo. Evitó su apresamiento porque, advertido de que era buscado, se refugió antes en otra casa y luego se fue al extranjero por “punto ciego” y “solo con la ropa que llevaba puesta”.
“Mi casa fue allanada dos veces con una cantidad enorme de policías. Incautaron todos mis equipos de trabajo. Ya corría peligro mi integridad física, entonces tuve que aplicar el protocolo que tenía y buscar casas de seguridad, resguardo, y luego tuve que abandonar el país”, relata.
“Soy perseguido solo por el hecho de ser periodista independiente y trabajar para un medio crítico en Nicaragua. Eso incomoda al poder y te convierte en su enemigo”, añade.
Uno de los medios más golpeados en esta última ofensiva del régimen es el diario La Prensa. Después que informara sobre la expulsión de las monjas Hermanas de la Caridad, el pasado 6 de julio, dos choferes fueron detenidos, casi todo su personal perseguido y al menos diez redactores y fotógrafos han debido salir precipitadamente al exilio.
La Prensa, el más antiguo e histórico medio de comunicación de Nicaragua, denunció que “el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo inició, desde la noche del miércoles, una cacería” y exigió que se respeten las leyes. “Que se libere a los detenidos y cese la persecución contra el personal del Diario que son personas que solo ejercen su trabajo, sin cometer delito alguno”, indicó.
“Hay una cacería de brujas”, afirma Abigail Hernández. “Las características de los allanamientos es que no presentan órdenes judiciales, ni presentan alguna justificación que esté sustentada en una investigación y tampoco dicen el motivo. Entran a las viviendas, buscan al periodista. En algunos casos andan preguntando en los barrios y comunidades donde están los periodistas con nombres y fotografías”.
“Un patrón de comportamiento es que a los periodistas no se les renuevan los pasaportes cuando llegan a actualizarlos, se los confiscan en los puestos fronterizos cuando quieren salir y, en algunos casos, no se les han renovado sus cédulas de identidad vencidas”, señala Hernández para explicar por qué los periodistas que huyen del régimen deben hacerlo de forma irregular.
“Salen ilegales porque están circulados y eso los expone a todo tipo de peligros, incluyendo a los ataques sexuales, principalmente a las periodistas mujeres”, dice.
Este miércoles, agentes de la Policía ocuparon el equipo de trabajo del corresponsal de Canal 10 en la ciudad de Boaco, Francisco Cantillano, después que informara sobre un plantón de protesta que un grupo de ciudadanos realizó para pedir la libertad de monseñor José Leonardo Urbina, a quien se acusa en los Juzgados de Managua por la supuesta violación a una menor, en un oscuro episodio que la población atribuye a la represión que sostiene tambien contra la iglesia católica.
Además de despojarlo de su equipo, la Policía citó a Cantillano a la estación policial de la ciudad, mientras agentes policiales mantienen rodeada su vivienda para impedir que salga.
El relator para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pedro Vaca Villarreal, entrevistado por el programa Esta Noche, advirtió sobre un plan del régimen de Daniel Ortega para “exterminar al periodismo” en Nicaragua.
“Es constante el reporte de allanamientos, persecuciones a periodistas en sus entornos familiares, de cualquier vida y relación. Hay síntomas para creer que hay un plan para exterminar el periodismo, que desaparezca como labor en Nicaragua”, dijo Vaca Villarreal.
Si bien no hay aún periodistas detenidos de esta última ofensiva, reconoce Abigail Hernández, miembro de la directiva de PCIN, sí el organismo ha registrado un incremento de la vigilancia policial contra los periodistas. “Seguimos documentando robos de equipos y detenciones exprés, que son detenciones de 15 a 30 minutos donde se les amenaza de que en cualquier momento pueden ser encarcelados y se les deja claro que van a ser encarcelados si siguen informando”, dice.
“Desde hace un año estamos haciendo un periodismo de catacumbas, seguiremos trabajando de esa manera y cada medio debe buscar nuevas formas de innovar”, señala la comunicadora. “Esto no solo es un problema de los medios de comunicación. La ciudadanía nicaragüense debe reflexionar sobre los silencios, sobre la información que no está llegando a la ciudadanía”.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario ocupó militarmente el edificio del diario La Prensa, el del canal televisivo Cien por Ciento Noticias y el del grupo de plataformas informativas Confidencial, Esta Semana y Esta Noche.
La Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios) calcula en unos 135 los periodistas nicaragüenses que se han visto obligados a trabajar desde exilio debido a la represión del régimen. Otros 12 periodistas y personas ligadas a los medios de comunicación permanecen detenidos, la mayoría de ellos desde hace aproximadamente un año, en las cárceles de El Chipote.