El Ejército Popular de Liberación de China rodeará Taiwán para ejercicios militares en respuesta al viaje de Pelosi.
Después de varios idas y vueltas, la presidente de la Cámara de Diputados y líder demócrata, Nancy Pelosi, aterrizó en Taiwán y se reunió con las autoridades del gobierno con sede en Taipéi. En su visita, remarcó la importancia de defender la “democracia” del país pero no hizo mención sobre su “independencia“.
En simultáneo, desde la Casa Blanca, donde no aprobaron el viaje de Pelosi, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad, John Kirby, aseguró que Estados Unidos mantiene su compromiso de “Una Sola China” y reitera que no apoya la independencia de Taiwán.
Tras el golpe de Estado comunista de 1949, las principales autoridades del por entonces gobierno republicano de China, el Kuomintang, se escapó a la isla de Taiwán, y anunció que desde allí mantendría el reclamo por la soberanía de toda la China continental.
Taiwán es el nombre de la isla. El país, en realidad, mantiene que su nombre es la República de China, y defiende su postura hace más de 70 años de ser la verdadera y legítima China, mientras el Partido Comunista usurpa desde entonces al gobierno chino.
De cara a las elecciones legislativas de noviembre, Pelosi tomó en su manos una fuerte jugada geopolítica con el objetivo de cambiar la imagen del Partido Demócrata, que de la mano de Biden ha acumulado varios fracasos en el plano internacional, en Afganistán, Ucrania, Siria e Irak.
Pelosi vio la oportunidad de promover una agenda clásica del Partido Republicano, emulando al líder republicano Newt Gingrich, el último presidente de la Cámara en visitar Taiwan en la década del ’90.
Sin embargo, la decisión de Pelosi puede traer serias consecuencias para Taiwán. Tras el arribo de la demócrata en Taipéi, el Partido Comunista Chino anunció simulacros navales con municiones reales alrededor de toda la isla, en una de las maniobras militares más importantes desde 1949.
La agencia de noticias estatal Xinhua publicó un mapa que muestra seis zonas enmarcadas en millas rojas frente a la costa de Taiwán, que China considera parte de su territorio. Según los informes, los ejercicios comenzarían el 4 de agosto a la medianoche, hora local, ni bien Pelosi abandone la isla.
A la llegada de Pelosi a Taiwán el martes, el portavoz del Comando del Teatro del Este del Ejército Popular de Liberación, coronel Shi Yi, dijo que “el comando llevará a cabo una serie de operaciones militares conjuntas alrededor de la isla de Taiwán y realizará ejercicios aéreos y marítimos conjuntos en el mar y los espacios aéreos de la islas del norte, suroeste y sureste de Taiwán“.
Las maniobras consistirán en “entrenamiento, realización de disparos de munición real de largo alcance en el Estrecho de Taiwán y organización de pruebas de fuego guiadas regulares en las aguas orientales de la isla de Taiwán“.
“Esta acción está dirigida a la impactante escalada reciente de Estados Unidos en el tema de Taiwán”, agregó, “y sirve como una seria advertencia para las fuerzas de la ‘independencia de Taiwán’ o aquellos que buscan la ‘independencia’”.
El portavoz del Ministerio de Defensa chino, Wu Qian, también emitió una severa advertencia sobre posibles movimientos militares como resultado del viaje de Pelosi. “El Ejército Popular de Liberación de China está en alerta máxima y lanzará una serie de operaciones militares dirigidas para contrarrestar esto, defender la soberanía nacional y la integridad territorial y frustrar la interferencia externa y los intentos separatistas de ‘independencia de Taiwán’“, dijo Wu.
Estados Unidos defendió enérgicamente la independencia de Taiwán y reconoció su soberanía entre 1949 y 1979. Ese año, de la mano del deplorable presidente Jimmy Carter, Washington cortó oficialmente los lazos con Taipei a favor de Beijing, tres décadas después de que se estableciera la República Popular China a través de la victoria del Partido Comunista Chino en 1949 contra los republicanos que establecieron un gobierno rival en Taiwán.
Pero a pesar de la firma del tratado “Una Sola China”, Estados Unidos nunca dejó de defender extraoficialmente la independencia de Taiwán, y en 2018, el entonces presidente Donald Trump firmó el “Taiwan Travel Act”, a través del cual aprobó la creación de una embajada consular en la isla y habilitó los viajes oficiales al país.
Los demócratas están sobre-actuando apoyo a Taiwán, una causa que históricamente fue defendida por los republicanos, no por los demócratas, en un triste intento por ganar capital político en el plano internacional para tener algo que mostrarle a sus votantes de cara a las próximas elecciones.
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