Nueva Zelanda aliviará las medidas de COVID-19 e implementará un nuevo sistema para vivir con el virus el próximo mes, según un informe de Reuters .
El país ha vivido uno de los bloqueos más estrictos del mundo y se alejará de su política de «COVID cero» para permitir que las empresas y las personas vacunadas tengan más libertad, anunció el lunes la primera ministra Jacinda Ardern.
La nueva política se implementará el 2 de diciembre a las 11:59 pm, y Arden reconocerá que «delta está aquí y no desaparecerá».
«La dura verdad es que Delta está aquí y no desaparecerá, pero Nueva Zelanda está bien preparada para abordarlo debido a nuestras altas tasas de vacunación y nuestras últimas medidas de seguridad, incluido el sistema de semáforo y el Pase de vacuna», dijo Ardern según Reuters.
Nueva Zelanda, que ha vacunado a alrededor del 83 por ciento de su población, tendrá un nuevo sistema de «semáforo» basado en pasaportes de vacunas.
El nuevo sistema de semáforos de tres niveles clasificará las regiones de Nueva Zelanda según los colores rojo, amarillo y verde.
El verde casi no tiene controles de virus, mientras que el rojo permite que las empresas permanezcan abiertas, pero los clientes deben vacunarse y observar el distanciamiento social, según Reuters.
«La diferencia clave entre los dos sistemas es que pronto se requerirán pases de vacunas en lugares como bares, gimnasios y restaurantes», dijo Ardern.
Auckland, que ha estado bajo estrictas restricciones durante los últimos tres meses, inicialmente se clasificará como roja mientras los funcionarios de salud determinan cómo clasificar otras áreas.
Auckland está actualmente aislada del resto de Nueva Zelanda, y el informe agrega que esto cambiará el 15 de diciembre.
Nueva Zelanda ha registrado solo 40 muertes por COVID-19 desde el inicio de la pandemia. Arden había anunciado previamente la flexibilización de las restricciones una vez que el país alcanzara una tasa de vacunación del 90 por ciento.
Sin embargo, a pesar de las restricciones, un brote de la variante delta ha llevado al gobierno de Arden a reconsiderar las estrictas reglas impuestas a la población.
En octubre, Arden admitió que el país no puede deshacerse por completo del COVID-19.
“Para este brote, está claro que largos períodos de fuertes restricciones no nos han llevado a cero casos”, dijo Ardern. “Pero eso está bien. La eliminación fue importante porque no teníamos vacunas. Ahora lo hacemos, para que podamos empezar a cambiar la forma en que hacemos las cosas «.
