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Nicolás de Camino, cofounder de Xepelin: “La pyme es el mercado más desatendido y el más grande en volumen de pagos”

La fintech de pagos electrónicos está en alza. Inició casi en pandemia y gracias al COVID podría decirse que floreció, recibiendo rápidamente financiamiento para saltar desde su natal Chile hasta el mercado mexicano. Su meta es ser una firma que apoya a pequeñas y medianas empresas de alcance latinoamericano, aunque las condiciones de liquidez este año y los que vienen se ven más difíciles que durante el confinamiento

Crecer en México.

Esa es la apuesta este año de Xepelin, la fintech chilena de pagos a pequeñas y medianas empresas (pymes), que a principios de mayo completó un fondeo de US$ 111 millones en serie B. Uno de los mayores montos para una startup latinoamericana y el más alto para una chilena en ese tramo.

Aunque la firma ya se autopercibe más como una scale up, porque ya tiene 450 integrantes y más de 15.000 clientes, lo concreto es que varios inversionistas de la serie A realizada en julio de 2021 y que reunió US$ 30 millones, siguieron acompañando a Xepelin, hasta totalizar 15.

Ahí se encuentran nombres como Kaszek, MSA Novo, DST Global Partners Amarena y Cathay-Seaya Latam, de la primera ronda, los que se complementan con el ingreso de nuevos inversionistas: PayPal Ventures, Wellington, Battery Ventures, Endeavor Catalyst, FJ Labs, Picus, Gunderson, Carlos García y Gilgamesh.

“Son los principales asset managers de los principales venture capitals y principales empresas de pagos. Entonces, es un muy buen mix de socios que agregan valor y todos están, desde su perspectiva, validando a Xepelin”, explica Nicolás de Camino, cofounder de la firma a AméricaEconomía, respecto de los montos y perfil de sus financistas.

Un respaldo que de Camino atribuye al mérito de su equipo y su talento, pero además a que están cumpliendo su promesa de valor. “Todo el mundo dice estar democratizando los servicios financieros, pero nosotros nos tomamos muy en serio el democratizarlo de verdad: llegar a ese 95% de empresas que están desatendidas y que no tienen acceso a servicios financieros recurrentes”, enfatiza el ingeniero chileno.

Esa promesa está compuesta por los servicios que ofrece la firma: un software gratuito que sirve para acceder y organizar la información de una pyme. “¿Cuánto hay por cobrar?, ¿Cuánto en cuentas por pagar? ¿En cuánto tiempo estará la firma sin flujo de caja? Y luego cubre esa falta de caja, porque típicamente en las empresas, sobre todo en las pymes, generalmente están con déficit de caja, no con excedente”, describe la primera aproximación de cualquier pyme con su firma, el emprendedor chileno.

Sin importar si se trata de una empresa que vende US$ 10.000 millones al año o una pyme que vende US$ 10.000 al año, Xepelin asegura atender a todas las pymes en una misma plataforma, proporcionando idénticos servicios, en las mismas condiciones, y entregando financiamiento para poder pagar proveedores, cobrar y acceder a educación financiera, en un producto que han denominado Servicios Financieros Recurrentes.

Eso, siempre que la firma sea lo que se conoce como business to business (B2B), es decir, que esté en el negocio de atender a otras empresas, para así pasar a ser su CFO digital.

“El B2B al que apuntamos alcanza más o menos al 50% de las empresas en Latinoamérica […]. Es nuestro foco histórico, donde vemos que existen los mayores dolores, el mercado más desatendido y el más grande en volumen de pagos. Cuando tú haces eso en un solo lugar, le estás resolviendo el 90% de los dolores, sobre todo a las empresas más chicas”, aclara de Camino.

Y luego están sus productos Pronto Pago, en el que una pyme recibe sus pagos de forma anticipada. Es un camino ideado para no recurrir al factoring, con condiciones financieras distintas.

“[Acá] las comisiones son la mitad de lo que te cuesta en un factoring, por lo menos, porque está totalmente coordinado con el gran pagador, entonces no hay riesgo de fraude, no hay riesgo operacional, sabemos con certeza qué día se paga, entonces eso vale mucho y ese valor se traspasa al cliente”, agrega de Camino.

También existe el servicio de factoring digital propiamente tal, dentro de Xepelin, llamado Financiamiento Directo, y más recientemente lanzaron el servicio de Payment, principios de año, para pagar a proveedores, en un círculo que va conectando en este network a empresas pequeñas y medianas, también con grandes.

Estos se suman a Confirming, una opción de financiamiento para grandes empresas que necesiten extender el plazo de sus cuentas por pagar.

UN ASUNTO DE TIMING

Soonicorns – o Soon to be Unicorns– es una plataforma que lleva registro de los nuevos candidatos a Unicornio (startups valoradas en US$ 1.000 millones) en Latinoamérica. Fue creada este 2022 por el colombiano Iván Escobar y forma parte del Informe Startups Latam, un reporte sobre el estado del arte en cuanto a startups latinoamericanas, editado por la iniciativa del mismo nombre.

Todos los founders y socios de Xepelin -seis actualmente- comparten un background similar al de Nicolás de Camino, quien proviene de BTG Pactual, en donde dio forma al área de Activos Alternativos, y poco después, creó el primer fondo de facturas de Chile. | Xepelin.

Escobar las elige utilizando el criterio del fondo mexicano de capital de riesgo ALLVP, buscando startups con una valorización por sobre US$ 100 millones, o que su última ronda haya sido por US$ 20 millones o más, y que sean venture backed, es decir, financiadas por fondos de capital de riesgo. Entre ellas, además de Fintual, Cumplo o Capitalizarme, justamente, se encuentra Xepelin.

“En la plataforma usamos diferentes fuentes, entre ellas Crunchbase, y los visitantes pueden votar por sus [startups] favoritos […]. Hoy son más de 125 y van aumentando constantemente, ya van al menos 30 nuevos Soonicorns en estos primeros meses de 2022”, destaca en el reporte Escobar.

Nacida hacia el final de 2019, Xepelin –su nombre fue elegido haciendo una combinación entre el grupo de rock Led Zepelin y la X como símbolo de crecimiento– buscó desde un inicio juntar el potencial de crecimiento de la deuda privada a empresas de menor tamaño, que son las más numerosas, con las ventajas de la digitalización.

“Veía que esta factura electrónica estaba viralizándose por toda Latinoamérica y que daba la posibilidad de generar network y pensaba ‘esto realmente podría llegar a todos lados”, recuerda de Camino’.

Todos los founders y socios de Xepelin -seis actualmente- comparten un background similar al de Nicolás de Camino, quien proviene de BTG Pactual, en donde dio forma al área de Activos Alternativos, y poco después, creó el primer fondo de facturas de Chile.

Ese pasado común en el sector finanzas también rindió frutos a la hora de conseguir financiamiento: su primera ronda pre-semilla levantó US$ 1 millón. Luego, en 2020 entraron Kayyak Ventures, Picus Capital, DST Global, Kaszek, Amarena, que hoy están en el directorio de Xepelin.

“Xepelin nace totalmente digital desde su origen, sin arrastrar procesos heredados de operaciones físicas, que presentan fricción en la evaluación y asignación de créditos, obstaculizando el escalamiento”, destaca Roberto Musso, economista y profesor del MBA UC a AméricaEconomía, explicando en parte las razones de su penetración.

“Ellos no parten en la actividad [que desarrollan] de cero. Todos ya sabían cómo funciona el mundo de la deuda privada y lo que hicieron fue aplicarlo junto con tecnología […], así que pudieron escalar”, explica por su parte Ángel Sierra, director ejecutivo de FinteChile a AméricaEconomía, quien añade que esa doble ventaja de conocer el negocio y aplicar tecnología les permitió validar rápidamente en Chile y, con esa validación “poder ir a una economía más grande, con mayores brechas de inclusión financiera, como México. Ese fue también un tema clave”, asegura Sierra, ya que el modelo testeado en una nación pequeña se replica ahora en un país de 120 millones de habitantes.

Pero, además, rescata un tercer factor, que es el timing preciso que posibilitó la pandemia.

“Cuando la pyme no pudo ir al banco, cuando le rechazaron el crédito, estuvo un Xepelin, así como otras fintech, para recibir todas esas oportunidades”, agrega el director ejecutivo de la asociación de las fintechs chilenas.

“Que Xepelin pueda levantar dinero en esta magnitud, va encauzando lo que las fintechs debieran, en los sucesivo, llegar a levantar, ya que las pymes viven una realidad casi igual en todos lados”, opina Mauricio Benítez, emprendedor y cofundador de Fintegram, una fintech de educación financiera que trabaja con Xepelin.

Aunque sabe que su valoración ha aumentado bastante, de Camino sincera que lo que les quita el sueño actualmente, más que ser promesa de unicornios, o unicornios, es cómo se verán en los próximos cinco a 10 años.

“Las valorizaciones son un reflejo puntual del minuto más o menos en que levantaste la plata y cómo te ve el mercado ahí. Y es genial esa validación de ese minuto, pero lo que va a hacer que Xepelin llegue donde queremos es [el trabajo] que vamos a hacer en los próximos tres, cinco años”, asegura.

¿UN NO TAN AUSPICIOSO 2022?

Volviendo a México, el aterrizaje en ese país de Xepelin ocurrió hace exactos 14 meses, y desde entonces la fintech ha multiplicado su clientela.

“México creció 60 veces el año pasado, desde el primer mes de inicio. Chile creció casi seis veces en 2021, y ya estábamos operando hace casi un año y medio”, detalla a AméricaEconomía el cofounder.

“México es una nación en la que nos quedan 10, 20 años de crecimiento, que tiene ocho millones de empresas, pero que a la vez está mucho menos penetrado y mucho más desatendido que Chile”, enumera de Camino para dar una idea de cuánto hay por crecer en el segmento de empresas.

Por ende, el país norteamericano va a seguir siendo una gran apuesta para Xepelin por bastante tiempo.

De todos modos, el cofounder también agrega que buscan ser una compañía latinoamericana con un modelo de negocio y una plataforma que, por un lado, quiere llegar a más firmas con los productos que tiene, a la par que va incorporando nuevos servicios.

Sin embargo, señales globales como la subida de tasas de la Reserva Federal estadounidense (Fed), o la Comisión Económica para América Latina (Cepal), hablando de un crecimiento regional de apenas 1,8%, son un balde agua fría para los más optimistas pronósticos de cada sector, especialmente uno tan acostumbrado a las historias de éxito como el mundo startup.

Si bien el reporte de Startups Latam hablaba de cifras récord para los emprendimientos de alto impacto del continente Latinoamericano, con US$ 2.700 millones en fondeos, el sector de la economía más tradicional no ostenta las mismas perspectivas.

Este domingo, por ejemplo, el Wall Street Journal afirmó que la industria de la tecnología, que impulsó la economía estadounidense durante la pandemia y creció a gran escala durante una década de tasas de interés muy bajas, se enfrenta a uno de los tramos más duros en años, con las empresas que surgieron como gigantes tecnológicas creadoras de empleo en los últimos dos años, han comenzado a congelar la contratación o incluso a despedir empleados.

Hace pocas semanas, además, un artículo de la prensa chilena, en El Mostrador, en tanto, alertaba que “los factorings no bancarios chicos o medianos no están logrando fondeo. Se financiaban históricamente a través del mercado de deuda fija local, pero ese mercado se secó. Desde el estallido está prácticamente muerto y los factorings no bancarios han observado dispararse sus costos de fondeo, a la vez que se han visto obligados a recurrir a instrumentos de fondeo mucho más caros. Ese mayor costo lo traspasan a las pymes, para que sea negocio».

Un panorama que se reconoce, aunque con cautela, ya que aún faltan elementos de juicio como un estudio anual de la Universidad de Cambridge junto al BID sobre el crecimiento del factoring.

“En el caso de las fintechs chilenas, el factoring electrónico viene creciendo a tasas del 50-60% anual. El año pasado financiaron más de US$ 900 millones, vía factoring, y hoy son el mayor originador de financiamiento pyme de la región”, contrarresta Ángel Sierra, de FinteChile.

Lea también: «La fintech Xepelin levanta US$ 111 millones de inversión en su Serie B, la más grande en la historia de Chile.»

Por otra parte, se alega que el costo del financiamiento para los operadores de factoring no bancario ha subido, sino que “es simple consecuencia del movimiento natural del mercado, que recoge todas las dimensiones del entorno”, precisa el profesor Mosso.

“Ya hay como un consenso de que se vienen tiempos más difíciles en términos económicos o macroeconómicos. La subida de tasa, al final del día, es una señal de ir a proteger el riesgo de inflación, pero también de que la plata cuesta más”, reconoce de Camino.

“Y si la plata cuesta más, a todos les sale más caro financiarse, eso es real para Xepelin: el costo de financiarse está subiendo tanto para la empresa más grande del mundo como para la pyme”, asevera.

“Nosotros afortunadamente tenemos mucho capital fresco, tanto de equity, [como de VC] como el que acabamos de levantar […]. Ahora, yo efectivamente creo que la industria tradicional de factoring también está pasando por un potencial cambio, y no sé el detalle , pero podría imaginar que también, con todo lo que está pasando, con actores que vienen, para bien o para mal a cambiar las reglas del juego, van a haber cambios. Eso va a pasar”, concluye de Camino.

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