El australiano acudió a una discoteca junto a su hermana y su novia después de perder contra el serbio por 6-4, 3-6, 4-6 y 6-7 (3-7)
Después de caer por 6-4, 3-6, 4-6 y 6-7 (3-7) ante Novak Djokovic en la final de Wimbledon, Nick Kyrgios aprovechó para cumplir con su parte del trato. “Vamos a una discoteca y volvámonos locos”, le había propuesto al serbio en la previa al partido, mientras que el ganador pagaría las bebidas.
Finalmente, Nole no asistió pero aun así el australiano no quiso perderse la noche londinense y acudió a un club nocturno junto a su novia Costeen Hatzi y su hermana Halimah Kyrgios, quienes estuvieron presentes en el Court Central siguiendo de cerca el duelo.
La fiesta quedó retratada en imágenes después de que las mujeres en cuestión compartieran algunas grabaciones en sus redes sociales. Allí se pudo ver al tenista con la gorra roja que llevó durante todo el torneo.
El jugador de 27 años viajó en auto hasta la discoteca y apareció en unas fotos bebiendo una botella de cerveza mientras se dirigía hacia allí. Una vez adentro, Halimah publicó varios videos en su Instagram mostrando el interior del lugar.
En una de la stories que compartió se pudieron ver algunas botellas de tequila y a un DJ tocando para un grupo reducido de personas. Horas más tarde, las botellas de champagne con bengalas en su interior iluminaban la escena y la famosa gorra de Air Jordan que acompañó a Kyrgios durante todo el torneo.
Posteriormente, la hermana mayor del jugador publicó un nuevo video en la que se la vio con dos botellas más de alcohol en la mano y un vestido azul ajustado al cuerpo: “Mala influencia”, escribió Costeen a modo de broma junto a las imágenes.
Si bien Djokovic no cumplió con su parte del trato, la cual consistía en pagar los tragos después de ganar Wimbledon, la cuenta de lo gastado en la alocada noche de ayer corrió por parte de Nick Kyrgios, quien embolsó poco más de un millón de dólares (USD 1.8 millones) por alcanzar las finales del torneo.
Sin embargo, esa suma se vio afectada por las multas que debió pagar el australiano, las cuales ascendieron a 17 mil dólares después de recibir una nueva por 3 mil en el último partido (Un warning por “lenguaje obsceno”) que se sumó a los 14 mil dólares anteriores.
