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Hamburguesa Big Mac de McDonald’s en Venezuela es la más cara del mundo

Para comprar en Venezuela una hamburguesa Big Mac hay que pagar más de 30 millones de bolívares.

¿Le parece caro?

Más allá de la inflación que desde hace años sufre el país, ese monto equivale a unos tres salarios mínimos mensuales en el país sudamericano. Así que sí, es costoso. Pero no solamente para los venezolanos. Así lo reseña un reportaje de Ángel Bermúdez para BBC Mundo.

La emblemática hamburguesa de McDonald’s que se vende en Venezuela es la más cara del mundo, de acuerdo con el más reciente Índice Big Mac, elaborado por la revista The Economist, que desde hace 35 años compara el precio de esta hamburguesa en decenas de países como una forma de medir el valor de las distintas monedas.

La comparación se basa en el concepto de “paridad de poder adquisitivo” y, en este caso, usa el precio local del Big Mac en cada país convertido en dólares para determinar si la moneda de ese país está sobrevalorada o subvalorada frente a la divisa estadounidense.

De acuerdo con este cálculo, un Big Mac en Venezuela cuesta 8,35 dólares, mientras que en Estados Unidos cuesta unos 5,65 dólares.

Esta hamburguesa de McDonald’s se vende en diferentes partes del mundo por precios que oscilan entre 1,68 y los 8,35 dólares que cobran en Venezuela.

Ese resultado ubica a Venezuela a la cabeza del índice como el país con mayor sobrevaluación de la moneda: un 47%, por delante de Suiza y Noruega, los otros dos lugares donde el Big Mac es más costoso.

El lugar en el que registra su menor precio es Líbano, donde cuesta 1,68$. Este monto indica, según The Economist, que su moneda está subvaluada en 70,2%.

Pero ¿cómo se explica que sea Venezuela el país del mundo donde esta hamburguesa es más costosa?

Un mercado pequeño

Guillermo Arcay, profesor de macroeconomía de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, señala que hay dos tipos de factores en juego en la economía venezolana que explican el elevado costo del Big Mac (así como el de muchos otros bienes).

El primero de estos factores tiene que ver con el tamaño del mercado venezolano.

“Venezuela tiene un mercado muy pequeño. El sector privado desapareció y ahorita está volviendo a renacer desde que removieron las restricciones en 2018. Entonces, es muy poca la oferta de productos como los de McDonald’s y también son escasos los insumos necesarios para hacer esa hamburguesa. Eso hace que los precios sean altos, no solamente de la Big Mac, sino de todas las hamburguesas en el país”, señala.

El experto señala que desde 2013, la economía venezolana se ha contraído en cuatro quintas partes.

“Esta es una economía donde los pocos agricultores que quedan y los pocos transportistas que quedan tienen muchísimos problemas para saciar la demanda. Entonces, tanto McDonald’s como sus competidores tienen altos costos, pero también tienen la capacidad de cobrar precios altos”, explica.

Distorsiones económicas e institucionales

Más allá de estos problemas relacionados con el tamaño del mercado, Arcay indica que la economía venezolana ha estado sometida a una serie de distorsiones económicas e institucionales que inciden en el valor de los bienes.

Mediante el control de cambios el gobierno mantuvo durante años una sobrevaluación sobre el valor oficial del bolívar al proveer al mercado con divisas por debajo de su valor real.

Sin embargo, como el gobierno cada vez contaba con menos dólares para responder a la demanda de divisas fue creciendo un mercado paralelo en el que el bolívar estaba cada vez más devaluado.

Ante la crisis y la falta de confianza en el bolívar la gente buscaba cada vez más dólares que eran escasos. Había una gran demanda de un bien escaso: el dólar.

“En la medida que el mercado paralelo se hizo relevante para el sector privado venezolano, fuimos pasando a un esquema en donde la canasta de bienes venezolanos era súperbarata en términos internacionales, si lo medías con el dólar paralelo. Esa era la época donde llegaban los extranjeros con un billete de 100 dólares y podían pagar con él varias noches en un hotel o hacer lo que quisieran”, señala Arcay.

En 2017, cuando se inició el proceso de hiperinflación, los precios en bolívares empezaron a aumentar más rápidamente que el dólar.

“Eso obligó a que el Gobierno tuviera que remover una gran parte de las restricciones microeconómicas que había montado y a que, por temas de políticos, intentara contener el dólar ofreciendo divisas en el mercado, haciendo que el precio de esa moneda aumentara más lentamente que los precios en el mercado local”, dice.

“Con el tiempo, después de dos años y medio durante los cuales los precios en bolívares crecen a un ritmo más alto de lo que aumentaba el dólar, se alteraron los términos de intercambio: se fue abaratando el dólar y se fueron encareciendo los bienes en Venezuela medidos en dólares. Ahora tenemos un tipo de cambio real que está sobrevaluado, por lo que Venezuela se ha convertido en un país caro”, agrega.

Por esta razón, los venezolanos vienen quejándose en los últimos tiempos de que sufren una “inflación en dólares”, para referirse al hecho de que los precios locales aumentan a un ritmo mayor que la depreciación de la moneda.

Para el pasado viernes 30 de julio, el dólar se cotizaba en el mercado oficial venezolano en 3,9 millones bolívares, cifra muy parecida a la del mercado paralelo, según cifra de Monitor Dólar, una de varias webs dedicadas a hacer seguimiento al inestable mercado cambiario venezolano.

A esa situación del mercado cambiario se unen, según el experto, otras “distorsiones microeconómicas” como las normas laborales que impiden despedir a los trabajadores o las dificultades para el transporte de productos a través del país debido a la falta de gasolina y a los numerosos controles de carretera donde, según Arcay, “no sabes si los militares van a dejar pasar los productos, si los van a decomisar o si te van a robar”.

Según el experto, ante esta incertidumbre, los empresarios optan por aumentar los precios de forma anticipada.

La suma de todos estos factores contribuye a que no solamente la Big Mac sino gran cantidad de otros productos sean en la actualidad más costosos en Venezuela que en otros lugares del mundo.

Si después de leer esta explicación, aún quiere comerse una Big Mac en Venezuela es recomendable que no planee pagarlo en efectivo pues necesitará tres semanas para poder obtener del cajero automático el dinero requerido, ya que el gobierno mantiene un límite semanal de retiros de 10 millones de bolívares.

Y, ah, por cierto, no la pida como Big Mac. En Venezuela ahora se le conoce como Big Cheddar, aunque es la misma hamburguesa de toda la vida. Pero mucho más cara que en el resto del mundo.

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