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El plan de la UE para el gas: termostatos a 19 grados en los edificios públicos, incentivos y pacto entre estados, con la oposición de Orban

  • La medida incluirá ayudas para industrias y hogares que reduzcan el consumo
  • Prolongará el marco temporal de crisis para acelerar la inversión en renovables
  • Bombas de calor y termostatos serán clave en el plan europeo

Por Rubén Esteller

Europa trabaja a marchas forzadas para tratar de controlar la crisis energética en la que se encuentra inmersa y que está arrastrando a la economía inexorablemente hacia una recesión. La Comisión Europea cree que el momento de la verdad ha llegado y prepara un paquete de medidas llamado «Save gas for a safe winter» que se centrarán en una reducción de hasta dos tercios del consumo de gas ruso y una ampliación del Marco temporal de crisis que aprobó el 22 de marzo para facilitar encarar las consecuencias de dicha reducción.

Bruselas presentará al Consejo Europeo del próximo 26 de julio este Plan así como la articulación de las medidas de contingencia necesarias en caso de que empeore una crisis de suministro que ya ha comenzado por los cortes que está llevando a cabo Gazprom y que afectan ya a 19 países.

La Comisión quiere tener listo un Plan para la reducción coordinada de demanda que permita afrontar el invierno con mayores garantías y para ello se plantea dar ayudas por la reducción tanto a los hogares como a la industria. Bruselas propone acelerar la instalación de termostatos para controlar los consumos en los hogares (hasta 1,5 millones de unidades), fijar en 19 grados la temperatura máxima para edificios públicos o incluso relocalizar producción industrial.

El documento servirá de base para la actuación comunitaria así como de guía para afrontar un posible corte de gas ruso si el Kremlin decidiese no reabrir el suministro a través del gasoducto Nord Stream 1 el próximo 21 de julio o si continuará rebajando los suministros en las próximas semanas.

Mecanismo de crisis

Para paliar una situación de crisis, la Comisión Europea tiene ya listo el mecanismo de solidaridad entre Estados que pondría en funcionamiento en caso de falta de suministro y en el que se centran los planes de emergencia diseñados por los distintos estados miembros.

Bruselas considerará como clientes protegidos a aquellos a los que resulta prioritario mantener el suministro: los hogares, instalaciones de calefacción urbana y servicios sociales esenciales, entre los que figuran, asistencia sanitaria, asistencia social básica, urgencias y seguridad.

En algunos casos concretos, las centrales de ciclo combinado y cogeneraciones también podrán ser consideradas como básicas, incluso pueden estar por encima de los consumidores protegidos si son necesarias para poder garantizar el suministro de electricidad.

Bruselas maneja tres niveles de crisis: alerta temprana, alerta y emergencia, que servirán para poder graduar el impacto de las medidas. Para decidir estos niveles de alerta, la Comisión Europea contará con un Grupo Operativo que se encargará de supervisar los flujos de gas hacia la Unión Europea.

Cuando un país declara la situación de emergencia tiene que cumplir tres pasos básicos

El Ejecutivo comunitario será el encargado de declarar la situación de emergencia regional, aunque estará obligado a ello si, al menos, dos autoridades nacionales lo solicitan. Los Estados miembros cuentan ya con planes de emergencia donde dan respuesta a las posible situaciones de emergencia que tienen identificadas.

La Comisión ya decidió tras la crisis con Rusia del año 2009 que realizaría simulaciones de impacto alto y medio ante un corte de suministro y desde entonces realiza un seguimiento bianual.

Según las previsiones que realiza la Comisión Europea, cuando un país declara la situación de emergencia tiene que cumplir tres pasos básicos. En primer lugar, ejecutar el plan de emergencia previsto para garantizar el suministro a los clientes protegidos.

Posteriormente, los Estados deben reducir temporalmente sus compras para aportar liquidez al mercado y, por último, se adoptaría una acción transfronteriza que supondría la reducción o interrupción del suministro a los clientes que no estén protegidos -principalmente industrias- para abastecer a los clientes protegidos de otro Estado.

El Plan de Emergencia español, de hecho, considera la interrupción a las industrias de los contratos interrumpibles

Los Estados miembros solidarios -los que tienen suficiente gas como es el caso de España- tendrán dos posibles formas de actuación. Por un lado, una reducción voluntaria del consumo de gas que se podría llevar a cabo mediante el uso de mecanismos de mercado como subastas inversas o contratos de interrumpibilidad con las grandes industrias.

El Plan de Emergencia español, de hecho, considera la interrupción a las industrias de los contratos interrumpibles, pero este tipo de acuerdos han desaparecido en estos momentos y tendrían que volver a retomarse para poder utilizar este sistema, tal y como el pasado martes se encargaron de recordarle las grandes industrias al Ministerio de Transición Ecológica.

Si aun así no se lograra el gas suficiente, los Gobiernos pueden acometer intervenciones de mercado y restringir temporalmente el suministro a grupos de clientes que no estén protegidos. En ambos casos, el país que recibe la asistencia energética estará obligado a abonar una compensación por el gas y todos los costes razonables de este apoyo.

Los países más afectados

La Comisión Europea actualizó además hace apenas un mes los países que dependían en mayor medida del suministro ruso entre los que figuran: Bulgaria, Chequia, Dinamarca, Alemania, Grecia, Italia, Croacia, Luxemburgo, Hungría, Austria, Polonia, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia y Suecia.

Esta actualización se realizó después de que la Comisión monitorizase los principales contratos de suministro de gas para valorar aquellos que son considerados esenciales. La normativa obliga a comunicar a la UE los contratos que supongan más del 28% anual del consumo, pero la Comisión puede llegar a monitorizar otros contratos menores si considera que son clave para el suministro.

Los trabajos para reducir la dependencia del gas ruso comenzaron entre el pasado marzo y principios de abril con una serie de encuentros entre los Estados miembros para analizar los planes de contingencia de cada país y su encaje dentro de los objetivos regionales con la intención de contar con una primera visión a mediados de la situación de dependencia del gas ruso.

Fruto de aquellos análisis, la Comisión aprobó con rapidez una reforma del Reglamento que regula la actuación en casos de emergencia de suministro e impuso un objetivo de incrementar hasta el 80% el nivel de reservas de gas para este próximo mes de octubre.

Reunión clave

El pasado 1 de julio se produjo la última reunión del llamado Grupo de Coordinación del Gas. Según fuentes consultadas, la Comisión Europea anunció en dicha reunión que se van a adoptar seis acciones clave dentro de un Plan de Acción de Preparación para el Invierno -aunque se desconoce en qué consisten- y puso al grupo al corriente de los trabajos sobre el Plan de Coordinación de la UE al tiempo que pidió propuestas y comentarios.

Dentro de esta petición del Grupo de Coordinación se incardinan las reuniones que está manteniendo esta semana el Gobierno español con las grandes industrias o la que mantendrá hoy con las empresas energéticas.

Riesgo en Francia y Austria

La Comisión Europea aprovechó también el encuentro para pedir a Austria y Francia que hiciesen una presentación detallada de la aplicación de medidas de preparación y mitigación de los riesgos existentes en ambos países.

ENTSOG, el organismo que aglutina a los gestores de la red de transporte de gas europea, presentó las últimas actualizaciones sobre la seguridad del suministro e informó de un ejercicio realizado sobre el impacto del mantenimiento del gasoducto Nord Stream 1.

Este ejercicio concluyó que el mantenimiento en sí no suponía una preocupación principal, ya que afectará al llenado total de los almacenamiento en menos de un 1%. No obstante, la Comisión anunció que, dada la evolución de los flujos, el seguimiento y la coordinación del sistema gasista se debía reforzar en los meses de julio y agosto, con encuentros más regulares con los estados miembros y con el Grupo de Coordinación del Gas al completo, en el que también participan representantes de la industria.

Bruselas recordó en dicha reunión la entrada en vigor del Reglamento sobre el almacenamiento de gas e instó a dar los próximos pasos, que incluyen la creación de un Comité para preparar el acto de ejecución que definirá los niveles de almacenamiento y los objetivos intermedios para 2023 así como el estudio de los datos necesarios antes del 15 de septiembre.

Por otro lado, la Comisión ha decidido ampliar el llamado Marco Temporal para que los Estados miembros impulsen medidas que faciliten la inversión en renovables como el hidrógeno, el biogás y el biometano, el almacenamiento y el calor renovable, también mediante bombas de calor, en consonancia con el Plan REPowerEU.

La modificación que prepara Bruselas permitirá a los Estados miembros establecer regímenes con procedimientos de licitación simplificados o incluso adjudicaciones directas para que puedan ejecutarse de forma rápida estas inversiones que permiten una mayor rapidez para abandonar el consumo de gas.

Esta medida facilitará a España la aprobación del Perte para grandes consumidores electrointensivos

Bruselas quiere acelerar la diversificación del suministro de energía, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles importados mediante el apoyo a medidas de eficiencia energética y de descarbonización de procesos industriales.

Desde un punto de vista práctico, esta medida facilitará a España, por ejemplo, la aprobación del Perte para grandes consumidores electrointensivos donde se incluirían las ayudas para la modificación de los hornos de Arcelor.

Los cambios en el Marco temporal supondrán dar capacidad a los estados para otorgar primas complementarias específicas para las pequeñas y medianas empresas, así como para las soluciones especialmente eficientes desde el punto de vista energético.

En todo caso, los Estados miembros tendrán que velar para que los proyectos se ejecuten dentro de un plazo específico, a fin de garantizar un verdadero efecto de aceleración en la consecución de los objetivos del plan REPowerEU.

Entre las medidas estrellas podría figurar un plan para instalar bombas de calor en un mayor número de hogares y la reactivación del carbón.

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