El Senado de Estados Unidos concluyó una investigación que abarca la última década y encontró que por lo menos 13 empleados del Banco Central estadounidense fueron cooptados por China.
Según un informe elaborado por el Comité de Asuntos Gubernamentales y Seguridad Nacional del Senado, liderado por los republicanos, reveló una trama de espionaje internacional que se inició hace una más de década por parte del régimen chino para lograr que trabajadores de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, actuaran como infiltrados y les compartieran información confidencial sobre futuras decisiones monetarias.
Por lo menos desde 2013, China viene ofreciendo pagos en efectivo ilegales a trabajadores de la Reserva Federal a cambio de que envíen información confidencial sobre estudios del organismo o futuras decisiones relativas a los tipos de interés. Muchos de estos acuerdos con empleados de la FED eran forzosos, y la inteligencia china los amenazaba con distintas cuestiones personales para que acepten los sobornos.
El informe menciona un ejemplo de este caso, cuando en 2019 un gerente de la Reserva Federal fue arrestado en un viaje a Shangái. Allí fue torturado, su familia fue amenazada, y terminó aceptando un pago de dinero a cambio de revelar a las autoridades comunistas datos económicos de Estados Unidos que todavía no eran públicos.
Según el informe, al menos trece empleados de la Reserva Federal que trabajan en 8 de las 12 sedes fueron identificados como miembros de la “Red P“, el nombre otorgado a este grupo de empleados que fueron forzados a trabajar para el Estado chino.
Pero la mayor preocupación de los senadores republicanos radica en que tienen la sospecha de que altos directivos de la Reserva Federal tuvieron que haber entregado a sus empleados, ya que hay sistemas de seguridad extramadamente estrictos para evitar estas situaciones.
El senador republicano de Ohio, Rob Portman, quien lideró la elaboración del informe, asegura que existen vínculos estrechos entre los más altos directivos de la Reserva Federal y el Banco Popular de China, en las más altas esferas de estas dos entidades monetarias.
También se encontraron vínculos entre diarios financieros estadounidenses y chinos, y se pidió poner bajo revisión el Programa de los Mil Talentos de China, que según los funcionarios de inteligencia estadounidenses fomenta el espionaje económico.
El informe asegura que la Reserva Federal se ha resistido a las medidas de seguridad que podrían mitigar las amenazas, como por ejemplo que desde 2015, la FED dejó de informar contactos extranjeros de sus empleados.
Durante el mandato de Donald Trump, el FBI hizo más de 70 recomendaciones para mejorar las medidas de seguridad pero, hasta la fecha, la entidad monetaria solo ha implementado dos de todas ellas.
Cabe aclarar que la Reserva Federal opera de manera autónoma del resto del Poder Ejecutivo, y si bien su directorio es designado por el presidente y aprobado por el Senado, el resto de la estructura hacia abajo funciona prácticamente como un banco privado, y la Casa Blanca no puede meterse en sus cuestiones internas, ni siquiera aquellas pertinentes a la seguridad.
El presidente de la FED, Jerome Powell, designado por Trump y ratificado el año pasado por Biden, se opuso enérgicamente al informe del Senado, asegurando que es una persecución política a sus empleados que “siempre han trabajado con la máxima responsabilidad de seguridad“, pero la evidencia en su contra es abrumadora, y hasta algunos senadores demócratas han apoyado una investigación más rigurosa de la situación.
Informe del Comité de Asuntos Gubernamentales y Seguridad Nacional del Senado sobre la “Red P”
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